Durante el espectáculo, no tuve tiempo para darle el anillo. Sonará como excusa pero, desde que habíamos entrado, Des no me había dirigido la palabra y aunque en el fondo lo entendía, me frustraba bastante.
Dándole vueltas a la caja, miré un momento hacia atrás y observando que solo miraba el espectáculo, me mordí el labio inferior con fuerza. Tenía que hablar con él. Realmente quería hacerlo pero no tenía el valor suficiente. ¿Qué es lo que estaba pensando? pensé ladeando la cabeza de lado a lado con bastante nerviosismo.
-Creo que deberías hablar con él -sugirió Eliot en voz baja mientras acariciaba el cabello de Marta que estaba a su lado.
-No creo que sea buena idea. Además, no se para que le he comprado este estúpido....
-Ve ahí y dáselo. Creo que lo comprenderá.
-Pero...
Y al ver la mala cara de Eliot, tragué saliva y levantándome, pasé por medio de Miriam y Marta. Quería hablar con Des o al menos, decirle que no me había olvidado de él. Subiendo un par de peldaños, vi que él miraba el espectáculo de fuego con demasiada expectación y así, sentándome al lado de Des que estaba en las filas de atrás debido a su altura, él no pareció molestarlo que estuviera a su lado aunque si que parecía algo ofendido o molesto. Como si, el mero echo de no haberme acordado de él, le hubiera molestado. Aunque yo también, si me hubiese pasado a mi, también hubiera reaccionado así.
-Des, yo...
-No hables. Es mejor que no lo hagas.
-Pero tengo algo que decirte -dije tragando saliva- O darte, mejor dicho.
-¿Que?
Y agarrando su mano izquierda, cogí el dedo anular y deslizando suavemente el anillo que le había comprado, él se quedó algo mudo o tal vez estático. Creo que no se esperaba que yo hiciera algo como eso. Durante un instante, ambos permanecimos algo callados y a pesar del ruido de las personas que había alrededor, sentí que ambos nos había envuelto una especie de burbuja de aire por el que, solo estábamos ambos.
-Si tienes algo que decir solo...
-¿Q-Que es esto? -preguntó mirándolo interrumpiéndome bastante sorprendido y con el rostro bañado por un leve bermellón.
-Ese es tu regalo -tragué con nerviosismo.
-¿Mi...Regalo? -lo miró absorto- ¿Por qué un anillo?
-Quería darte algo más personal -dije con algo de nerviosismo- Lo sé. Se que esto es demasiado infantil o completamente inesperado pero...Supe que esta pareja de anillos, iba a ser para nosotros.
-¿Por eso no querías dármelo delante de ellos?
-Quería... -se me trabaron las palabras- Quería que tú fueras el primero en verlo así que yo...
Y antes de que me diera cuenta, sus gráciles brazos se pasearon libremente para rodearme completamente y acercando su cuerpo al mío, permití que me diera un abrazo. Un abrazo que a pesar de que me había sonado algo torpe, sentía su inmenso cariño.
-¿Des...?
-Déjame estar así un momento.
Había hablado cerca de mi oído y sintiendo su cálido aliento, su mejilla se frotaba lentamente por mi mejilla. Sinceramente, me pasaría mucho tiempo abrazado de esta manera y siendo sincero, estaba realmente cómodo entre los brazos blandos que tenía Des.
-Oye Leo...
-¿Si? -pregunté saliendo de mi mimetismo.
-¿Eres consciente que el anillo que me has puesto, no me cabe del todo y me esta un poco pequeño?
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El bibliotecario y el guardián
Random¿Creéis en el destino? ¿Pensáis que la sangre une algo mas que el destino? Eso es lo que pensaba Leo al encontrarse nuevamente con aquella persona que había jurado proteger pero, tenia un ligero problema. La luna es su peor enemiga. Des, es un bibli...