Olor a muerto

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Dos meses después.

Ya habían pasado otros 2 meses desde que no había visto a Leo. Bueno, teóricamente si lo había visto pero, fue solo un momento y no saqué nada en claro. Con Gabri fue otra historia ya que, como al principio ella parecía estar de muy humor cuando venía a mi biblioteca, me hice más cercana a ella aun sabiendo de primeras que no le había caido muy bien. Después de un tiempo, ella comprendió que no era una amenaza y hasta se atrevió a llamarme Library Mouse, algo que me molestó desde un inicio ya que, desde el primer momento, siempre mantenía mi cabeza dentro de un libro aunque, yo no era el único aficionado a la lectura ya que, ella venía algunos días a leer o a llevarse algún libro y luego compartiamos opiniones. 

También, había celebrado el cumpleaños de Marta y a pesar de que ella se había puesto muy triste por no poder ver a Leo el día más importante de ella, la prometí que cuando se vieran, pasarían el mejor día de su vida y como siempre, la Navidad la habiamos pasado en familia aunque, este año fue de lo mas extraño haciendo que me preguntara, como la pasaba Leo. 

Ladee la cabeza de lado a lado ya que, el era el único pensamiento que albergaba mi mente haciendo que continuara fregando los platos. Llamaron a la puerta y al mirar por el telefonillo para verificar quien es, me encontre con la sorpresa que era Gabri haciendo que me sorprendiera.

-¿Quién es? -pregunto mi hija.

-Es... -me quedé callado un momento- Una amiga de Leo -ya que no sabía decir si era mi amiga o no ya que, a pesar de que eramos más cercanos, no sabía si considerarla una amiga.

-¿Va a venir Leo? -pregunto ella entusiasmada.

-No lo creo -pensé- No lo sé, cielo -sonreí- Leo ha estado bastante ocupado ultimamente -no quería decirla que llevaba un par de meses sin verle.

Ella puso unos pucheros tristes y yo solo la hice una señal para que se acercara y ella, un poco tímida, se acercó y activando el timbre para que subiera las escaleras, me agaché una vez que Marta se había acercado y cogiendola por las axilas, la alcé para poder tenerla en brazos. Ella me miró y dandola un sonoro beso en la mejilla, ella sonrió. Llamaron a la puerta y con la mano libre me di cuenta que Gabri estaba acompañada por su hermano Eliot.

-Hola -les saludé.

-Hola -sonrió Gabri con una sonrisa encantadora pero se dió cuenta de la persona que tenía entre mis brazos-¿Y esta niña tan mona? -dijo con una gran sonrisa.

-Es mi hija -sonreí con ternura- Marta, saludalos -ella los miró con sus ojos dorados pero no abrió la boca- Es que es algo tímida.

-No sabía que tuvieras una hija -dijo Gabri protestando.

-Es que contigo no habla tanto que conmigo -dijo Eliot en tono de burla.

-¿A qué habeis venido? -pregunté dejando a la niña en el suelo.

-Necesitamos que vengas con nosotros -contestó Gabri- Es urgente.

-No puedo... -me rasqué la nuca.

-¿Por qué?

-Mi hermana no está en casa y no puedo dejar a la niña sola en casa.

-Puedo quedarme yo -sonrió Eliot haciendo que su aparato se viera- Me gustán los niños.

-Pero...

-Eres Marta ¿No? -dijo a la niña que estaba agarrando mis pantalones mirandonos con timidez ignorandome completamente- Eres muy mona -vi que ella se ruborizaba.

-Solucionado -sonrio Gabri- Des, ponte el abrigo que nos vamos tu y yo.

-Pero yo no he dicho que...

El bibliotecario y el guardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora