El bibliotecario y el guardián

Una noche

Cuando habia acabado de leer ese capitulo, decidi que, lo mejor era dejarlo ahi o al menos, de momento. Cerre el cuaderno y dejandolo a un lado, ya que no queria tener tentativas a mi lado, decidi que lo mejor era, volver a centrarme en el trabajo aunque, seguia teniendo un regusto extraño, en la boca del estomago.

Unas cuantas horas despues, cuando mi trabajo habia acabado y las personas se habian ido, recoste mi espalda sobre el respaldar de la silla. Paseandome la mano por la cara de manera cansada, mire un momento a la pantalla del ordenador y viendo como comenzaba a cerrar sesion para apagarse, dedici que era hora de subir. Queria descansar un poco. Comenzando a ordenar y a recoger, algo me llamo excesivamente mi atencion. En uno de los laterales de las estanterias, vi que algo ligeramente brillante, resplandecia en un tono grisaceo. Lo cogi y dejandola encima de la palma de mi mano, la frote un poco. Era un pequeño medallon de metal  redondeado, que tenia forma de serpierte. Una serpiente que abarazaba, con su enorme cuerpo, un circulo aun mas pequeño pero, como estaba demasiado gastado, no se diferenciaban. 

-Es la primera vez que veo esto... -comente- Bueno, me lo quedare. Me resulta hermoso.

Lo guarde en mi bolsillo y mientras bajaba las persiabas, note, aunque solo fuera mi imaginacion, como el metal gastado del medallon que acababa de coger, quemaba como mil demonios. Meti la mano a mi bolsillo pero, volvi a sentir el frio del metal. Suspire y ladeando mi cabeza de lado a lado, segui recogiendo. Cuando todo estuvo ordenado, cogi las llaves, los cuadernos de Leo y comprobando que todo estaba en orden, cerre la puerta ya que, al dia siguiente, no tenia que trabajar. 

Subiendo las escaleras, pense, por un momento, que posiblemente Leo estuviera metido en una encrucijada y acelerando el paso, llegue en menos tiempo posible a mi casa. Abri la puerta y entrando, deje las llaves en el mueble de la entrada caminando, vi a mi hermana, totalmente embobada con una pelicula.

-Ya estoy aqui Miriam -dije pero como si le hubiera hablado a la pared. Supire y mordiendome el labio inferior me fui acercando poco a poco. ¿Que estaria viendo como para que no me prestara atencion? pense -¿Miriam? -volvi a preguntar pero volvi a recibir el mismo silencio.

Alce una ceja y acercandome todo lo posible sobre su centro de atencion, me dijo que es lo que estaba viendo con demasiado entusiasmo. Veia en la tele como el guapo de Richard Gere le hacia el amor, lentamente a una hermosa Julia Roberts sobre un piano de cola. Las manos agiles de el, recorrian el cuerpo de ella lentamente. Veia a mi hermana fascinada y absorta, ante la pelicula de Pretty Woman y a penas se habia dado cuenta que acababa de subir de trabajar.

-Miriam... -dije por tercera vez y ella se giro para verme- Te llevo llamando un buen rato. Se que te gusta la pelicula pero contestame al menos.

-Lo siento -sonrio ruborizandose mientras pausaba la pelicula- ¿Que querias?

-¿Donde esta Leo? -pregunte ya que no le veia por ninguna parte.

-Creo que esta durmiendo. Ha estado conmigo un rato y luego me dijo que no se encontraba bien -se encogio de hombros- Un chico raro pero agradable.

-¿Donde esta durmiendo? -pregunte alzando una ceja.

-Creo que en tu cama. Marta ha insistido demasiado en que durmiera ahi.

Mirando a mi hermana, que se habia puesto de nuevo la pelicula, camine hacia mi cuarto y de un par de zancadas, me encontre ante la puerta. Abri y me quede, un poco petrificado ya que, como bien habia dicho mi hermana, Leo estaba dormido en mi cama aunque, lo que mas se veia era un bulto gigante tapado con las mantas de mi cama.

-Papa -dijo mi hija que tambien estaba en mi habitacion aunque esta estaba despierta- ¿Vienes a despertar a Leo? -pregunto ella y yo deje los cuadernos encima de la mesilla.