Ya había transcurrido casi un mes desde la última vez que vi a Leo en su cara. Durante este tiempo, Eliot venía con más frecuencia a mi casa después del trabajo y aunque jugaba con mi hija, sabía que ella no era la verdadera razón.
Además de eso, mi abuelo había vuelto a hacernos otra pequeña visita y al parecer, esta vez si que venía para quedarse durante una larga temporada. No es que no me gustara que estuviera aquí si que no, parecía como si me quisiera controlar mi vida y amargarmela de cierta manera aunque, mi hija Marta estaba encantada de que el abuelo estuviera aqui.
-Papá -me interrumpió mi hija mis pensamientos. Giré mi cabeza y vi que ponía una mueca divertida.
-¿Dime?
-Nunca me escuchas -me cruzó de brazos.
-Perdón -sonreí con la atenta mirada de mi abuelo- Es solo que...Estaba pensando que te veias muy linda con ese vestido blanco de flores.
Vi que se ruborizaba y enseguida se puso de nuevo a colorear. Yo la volví a mirar y acercandome a ella, le di un beso en la cabeza y esbocé una sonrisa ya que, ella era una de las mejores cosas que una persona podía tener.
-¿No deberías irte a trabajar? -preguntó mi abuelo aunque sabía que lo estaba diciendo de manera adusta.
Yo le miré y él me devolvió la mirada. Esa mirada tan dura y dorada que había caracterizado a la familia desde mas de medio siglo. No dijimos nada y levantandome, acariciando el pelo de mi hija, me dirigi a la puerta y antes de salir, miré hacía atrás un momento.
-Si tienes alguna duda, estaré en la biblioteca.
-Muy bien -dijo mi abuelo mientras seguía ojeando las noticias en la televisión.
Me encogí de hombros y saliendo por la puerta, la cerré. Bajando las escaleras tan rápido como mis piernas me permitieron, me permití seguir fantaseando. Aparte de los pensamientos anteriores, había algo por el cual no contaba. Me había invadido un sentimiento extraño después de ayudar a Leo a liberarse pero sentía un peligroso cosquilleo en la punta de mis dedos. Un cosquilleo que era casi imposible de quitar y por más que intentaba pensar que podría ser, nunca daba con la solución.
Hasta un día, me aventuré a decirselo a Gabri. No es que no tuviera confianza con mi hermana pero, simplemente ella no podía saber que masturbé a un hombre y, la respuesta de Gabri fue que intentara tener sexo con Leo haber si era deseo, puro encaprichamiento o sentía algo más a lo que mi respuesta fue de lo más vergonzosa ya que nisiquiera yo sabía que decir.
Llegué al final de la escalera y girando a la derecha, abri la puerta de la biblioteca. Entré y la escasa luz que se filtraba por las ventanas, me dieron de lleno. Abriendo la puerta principal de la biblioteca, la tormenta que azotaba en ese momento París dejó que una pequeña corriente de aire cargado de agua, entrara haciendo que cerrara la puerta no sin antes poner el cartel de Cerrado a Abierto por si alguien quisiera venir y, tampoco me equivocaba ya que, al poco de abrir la biblioteca, unas chicas que iban con paragüas llamativos, entraron.
-¿Dónde dejamos los paragüas, Sr. Aeva? -preguntó una de ellas.
-Dejarlo aqui -señalé a un jarrón de cerramica mientras le ofrecía una dulce sonrisa.
Ellas, al ver que les sonreía, se pusieron rojas casi al instante y de forma tímida como colegialas, dejaron sus paragüas y se sentaban en sus correspondientes sitios. Por mí parte, me senté en mi sitio ya que, hoy tenia que terminar de haber una base de datos que la había dejado a medias esta mañana.
Tras un par de horas en el que me entretuve poniendo los libros en sus correspondientes estanterias y terminando la condenada base de datos para mantener un estipulado orden en los registros de la biblioteca, me pude sentar y al ver la pantalla encendida de mi ordenador, mi los cuadernos que resposaban encima del escritorio ya que, estaba mañana me los había bajado.
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El bibliotecario y el guardián
Random¿Creéis en el destino? ¿Pensáis que la sangre une algo mas que el destino? Eso es lo que pensaba Leo al encontrarse nuevamente con aquella persona que había jurado proteger pero, tenia un ligero problema. La luna es su peor enemiga. Des, es un bibli...