Hola, les habla Souren.
Si. Se lo que estáis pensando. ¿Por qué no actualicé antes? El trabajo, trabajos de clase y clase roban demasiado tiempo para mi gusto y por favor, no me matéis (TT0TT). Tengo mucho por lo que vivir. No os voy a robar mucho tiempo así que....Disfrutad de la lectura ;) <3
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Corría. Corría como si realmente unos animales salvajes me estuvieran persiguiendo aunque, realmente solo escuchaba voces, gritos y las armaduras del cuerpo de estas personas que corrían detrás de mi. Mi primer pensamiento fue que tenía que escapar de ahí de alguna manera ya que, yo no había cometido tal atrocidad o al menos, eso es lo que quería hacerme creer y el segundo pensamiento, era que realmente no recordaba nada de lo que había pasado pero si, un extraño sabor amargo mezclado con un dolor insufrible que recorría todo mi cuerpo.
Llenando mis pulmones de ese sofocante calor, el sol comenzaba a ascender por el cielo aunque todavía se podía apreciar con tenuidad esa esplendida luna. Parando un momento para coger aire fresco, me escondí como pude entre los arbustos y ocultando como pude los jadeos por haber corrido tanto, me di cuenta que al bajar la mirada, mis manos estaban algo deformes y las uñas algo amenazadoras haciendo que me asustara incluso, de mi mismo.
-¿Que diablos...Soy? -dije en voz baja.
Pero no pude continuar con esa pequeña tranquilidad ya que, de la nada, un afilado y pequeño cuchillo, atravesó la frondosa maleza para acertarme en medio del costado. Aullando de dolor, tuve que morderme el brazo para no gritar más y al mismo tiempo que sacaba ese cuchillo de mi cuerpo, sentí como la hoja serrada, desgarraba parte del lugar que dejaba a su paso haciendo que la sangre brotara.
Soltando ese arma, escuché de nuevo los pasos pero mas apresurados de las personas y tirándolo al suelo, la sangre siguió vertiéndose con mayor fluidez y mientras me cubría la herida para no perder mas sangre, decidí seguir caminando aunque sabía, que los atraería por el camino rojo que estaba dejando a mi paso.
Salí un momento de la lectura ya que, mi estómago, comenzó a protestar ya que, me estaba comenzando a dar hambre. Mirando hacia el lado contrario de donde estaba, me di cuenta que Leo seguía dormido aunque esta vez, había optado por mostrarse como realmente era. Un enorme lobo negro.
Acariciando su cabeza, él ni se inmutó ya que, parecía que realmente estaba demasiado tranquilo o tal vez dormido, como para prestar atención a todo lo demás. Suspirando, cerré marcando la hoja en la que me había quedado y levantándome de la cama, volviendo acariciar la cabeza oscura de ese enorme lobo, caminé para la cocina ya que tenía hambre.
Caminando con el cuaderno en la mano, fui hasta la cocina y preparándome una caliente taza de café con un par de tostadas de pan integral, miré un momento hacía la casa y a pesar de sentirla completamente en silencio, pensé también en todas las cosas que podría hacer con Leo si la casa estuviera así, durante algunos días más. Desde ver películas porno mientras probábamos todos los rincones de la casa hasta estar tranquilamente en el salón con comida a domicilio haciendo cosas un poco mas tranquilas.
Ladeando mi cabeza de lado a lado, me avergoncé de mi mismo por pensar en ese tipo de cosas e intentando abanicarme con mi mano por esa acalorada idea, le di un gran bocado a una de mis tostadas integrales. Suspirando y dando un sorbo a mi humeando taza de café, retomé de nuevo la lectura.
Durante días, no sabría decir cuantos, corrí todo lo que pude a pesar de seguir soltando sangre aunque en menor cantidad. Los hombres o como los había llamado yo, los soldados, seguían persiguiéndome y a pesar de haberlos dejado algo atrás, sentía que era difícil despegarme de ellos.
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El bibliotecario y el guardián
Random¿Creéis en el destino? ¿Pensáis que la sangre une algo mas que el destino? Eso es lo que pensaba Leo al encontrarse nuevamente con aquella persona que había jurado proteger pero, tenia un ligero problema. La luna es su peor enemiga. Des, es un bibli...