Aparecí en un prado iluminado completamente por un sol anaranjado debido a un hermoso atardecer. La belleza del prado se reflejaba a simple vista ya que, los colores verdosos y rojizos daban para hacer un cuadro perfecto. Aspirando el aroma, me di cuenta que daba una fragancia a flores silvestres pero también, había un olor fétido que daba una mala imagen haciendo que mi cuerpo entero se estremeciera.
Siguiendo el olor, me di cuenta que el olor fétido era a la carne putrefacta que venía de un lado del camino de tierra que se extendia hasta lo alto de una colina. Seguí ese camino y al cruzar la colina, me di cuenta de la pila de cadáveres que estaban amontonados. Algunos estaban hinchados, otros enteros cubiertos por pequeños gusanos blancos y otros estaban medio comidos pero, me di cuenta que todos tenian los ojos abiertos y una expresión de puro terror. Tragué saliva dandome unas enormes ganas de vomitar. Tapandome la nariz, salí de ahi ya que no quería seguir viendo esta escena de horror.
Cuando salí a campo abierto, pudiendo respirar un mejor aire, me di cuenta que, no muy lejos de donde estaba había una casa que pretendía estar abandonada. Con altos muros de cerámica y torres oscuras como una noche sin luna. Acercandome a la verja, se veía oxidada y el metal podría crujir al más mínimo detalle. Tragué saliva y abriendo la verja, se tambaleó y haciendo un ruido atronador, muchos de los cuervos que había cerca, salieron volando. Caminé por un camino empedrado de color gris que estaba muy agrietado y mirando al frente, me di cuenta que la casa era mucho más grande y vieja de lo que parecía en un principio.
Al llegar a la puerta principal, me di cuenta que el suelo era de madera y al empujar la puerta un poco, cedió demasiado rápido dando un golpe seco en el suelo levantando un poco de polvo. Tosí y mirando en el interior, me di cuenta que no tenía ningún mueble pero si había muchas arañas y ratas correteando por el lugar. Volviendo a toser, mis pulmones se llenaron de ese aire contaminado de polvo y dando un paso hacia delante, la madera crujió pero no dió signos que iba a desquebrajarse. Acercandome a una escalera que había a mi derecha, comencé a subir y aunque la madera me daba menos confianza porque crujia demasiado, al menos no cedía y eso daba un pequeño voto de confianza.
Subiendo la escalera, noté una cálida fragancia de vainilla con pino y siguiendo el olor, me condujo hacia una puerta que estaba abierta. Tragué saliva y asomandome de manera curiosa, vi en la cama a dos personas que me resultaban tremendamente familiares. Uno de ellos era alto, tímido y sosegado pero el otro era bajo, corpulento y de aspecto mordaz. La persona más alta estaba sobre el el regazo de la persona que estaba recostada abajo y mientras ambos se besaban, yo me sentía como un mero espectador.
Tragué saliva e intentando pasar desapercibido, la hombre de aspecto corpulento, se dió cuenta que estaba ahi y acercando a la otra persona hacia él, se besaron con mucha más intensidad haciendo que las manos se deslizaran sobre la piel desnuda y cuando quise irme de ahí, la otra persona que me miró con mucha intensidad dandome cuenta que era una versión de mi mismo pero más salvaje. Viendo como esbozaba una sonrisa algo siniestra, abrió la boca y hundiendose en el cuello de la otra persona, hizo que soltara un gemido sonoro.
-Yo se que quieres algo como esto -sonrió de manera malévola- Solo tienes que dejarte llevar por mi.
-Eso nunca.
-¿De verdad?
-Si -dije enfadado.
-¿No quieres saber como es acostarse con un Aeva? -preguntó arañando las caderas del chico que estaba encima de él.
-Yo...
-Vamos -habló el otro- Se que te puede gustar.
Había comentado y cuando me di cuenta de quien era, quise morirme ahí mismo. Se trataba de Damián pero estaba completamente cambiado como no fuera él si no...
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El bibliotecario y el guardián
De Todo¿Creéis en el destino? ¿Pensáis que la sangre une algo mas que el destino? Eso es lo que pensaba Leo al encontrarse nuevamente con aquella persona que había jurado proteger pero, tenia un ligero problema. La luna es su peor enemiga. Des, es un bibli...