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Cuando la bandeja estuvo vacía y sin migajas gracias al omega glotón de su hermano, Yoongi creyó que era buen momento para correr a su habitación, quemar el traje y cerrar cualquier hueco para intoxicarse con el humo.

Plan fallido.

Sus planes fueron destruidos por su hermano menor.

Beomgyu tomo el traje con una mano y con la otra tomo la muñeca de su hermano mayor y corrió a encerrarse en la habitación que compartían. Durante la adolescencia de Beomgyu pensó que terminaría compartiendo la habitación con su abuela ya que este se mostraba rebelde y constantemente peleaba con sus compañeros. Luego se enteraron que los golpeaba para que se alejaran de su amigo quien era un alfa dos años mayor que él, ya presentado. En ese entonces Beomgyu tenía 16 y no se había presentado aun, así cuando se enteraron sabían bien que estaba marcando territorio.

—Me lo probare —chillo el menor emocionado.

Yoongi se tiro a la cama. Se preguntaba si debería de regalárselo. No asistiría a ningún baile nunca más. Tenía un plan que consistía en fingir ir al baile, no llegar al baile, perderse un par de horas y regresar como un ganador de los óscar. Eso haría.

Beomgyu salió del baño modelando de manera exagerada sacándole risillas a Yoongi. Jugaron un rato como solían hacerlo siempre. Yoongi poseía un carácter fuerte y en ocasiones prefería mantener a todos alejados o al menos eso era antes de que todos se alejaran. Y no era tan sumiso como fingía, sin embargo, era un omega muy dulce, risueño y lleno de vida. Le encantaba jugar con su hermano, pasear, amaba sentir la brisa del mar mientras unida los pies descalzos en la arena, le gustaba ser mimado y admirado, vestir bonito y ser envidiado.

Ese era Yoongi y aunque no había dejado de hace todo ello, un par de cosas no se sentían igual, ya no era admirado, envidiado ni deseado. Estaba seguro que terminaría solo como su abuela. La abuela Min quedo embarazada de un delta desobligado que corrió en cuanto se enteró de que tendría una hija, nadie la acepto con un cachorro de otro. Yoongi se reflejaba en su abuela, su personalidad era la misma, aunque la de la mujer se endureciera con el pasar de los años, por lo que temía acabar como ella.

 Yoongi se reflejaba en su abuela, su personalidad era la misma, aunque la de la mujer se endureciera con el pasar de los años, por lo que temía acabar como ella

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A la mañana siguiente el aroma a talco de bebé con cerezas de su hermano lo atacó metiéndosele por las fosas nasales. Si Yoongi tenía un defecto era el no ser demasiado bueno recordando o reconociendo olores, pero el de su hermano sin duda era único e imposible de olvidar. En especial en las mañanas que el olor de Beomgyu era demasiado fuerte para él. No entendía como seguía oliendo a Talco luego de presentarse dos meses atrás, sabía de los extraños olores que albergaban en el mundo, pero nunca antes olio uno. Taehyung se jactaba de oler a malvaviscos y chocolate, Rose la amiga de Hwasa olía irónicamente a rosas, Hwasa a vainilla con miel y el, bueno, su aroma era a flores frescas con roció.

Beomgyu definitivamente no era normal y Yeonjun menos. Tenía que mantener bien vigilados a los dos hormonales, así que cientos de veces vio como el alfa hundía la nariz en el cuello de su hermanito deleitándose con el aroma extraño del omega. Miles de veces más llego a tiempo antes de que el lobo feroz se tragara a su pequeño cachorro a plena luz del día, en la oscuridad de la noche escondidos entre los árboles, hasta de debajo de las rocas los había sacado.

—Levántate —alargó la última "e". Le retiro las sabanas y lo paro de un jalón — Son las 12 de la tarde Yoongi.

—Nos dormimos a las cuatro de la mañana. Déjame —intento recuperar la sabana, pero le fue imposible —por favor —pidió con un lindo puchero.

En respuesta Beomgyu se abalanzó contra el haciéndole cosquillas. Amaba esto, podría olvidar el mundo exterior y vivir en la casa por siempre sin salir. Tenía a su hermano con el que no le faltarían momentos de alegría, dos padres que lo amaban y mimaban, una abuela que le cocinaría hasta hartarlo. No podía pedir nada más.

— Young Jae te espera —comento feliz.

—Falta mucho —se quejó.

—No importa. Te hare ver bonito, mascarillas, cremas, un baño de espuma. Tengo toda una lista.

No llores. No llores. Se repetía.

Dolorosamente no podía vivir en su burbuja de felicidad. De vuelta en la realidad se topó con que, si pedía algo más, pedía una pareja para el baile.

Entre alegría abrumadora y lágrimas invisibles Yoongi termino vestido, peinado y con protector solar con color para no lucir tan pálido. Al salir de la habitación seguido de su hermano se encontró con la escena más cliché que se pudiera imaginar y que imagino cientos de veces... a sus padres con celular en mano fotografiándolo, su abuela sonriendo de oreja a oreja seguramente olvidado que Young Jae era un delta. Posaron para varías fotos antes de que el omega saliera despavorido por la puerta.

Su padre lo detuvo a medio camino.

—No quiero que me lleves —se quejó.

—Yoongi, soy tu padre y no puedo hacerme de la vista gorda, se en que consiste un baile y la cantidad de sustancias ilegales y cosas que pasaran y... —ahí estaba su padre repitiendo "y" millones de veces —eres mi lindo omega, mi bebe y no quiero que te pase nada —tenía 22 y seguía adorando a su padre. Tomo la mano de su padre entre la suya cuando este le acarició la mejilla.

Quién no sabe el peligro que un omega corre no importa cuál sea la época y el lugar.

—Esta bi... —a media frase le fueron depositadas en las manos un juego de llaves.

—Regresa temprano —le sonrió antes de marcharse.

Sonrió triunfante. Era toda la confianza que necesitaba, no los defraudaría.

Bueno en realidad si lo haría.

Subió al auto, se abrocho el cinturón de seguridad y arranco sin rumbo fijo. Les mintió, imagino posibles situaciones donde llegaban a buscarlo a la universidad y él no estaba. Pensó en lo desconsolados que estarían al saber que su pareja de baile le canceló, peor aún llorarán al saber que vago en soledad en lugar de quedarse en casa bajo un manto cálido llamado hogar.

Un rato después se detuvo antes de llegar a la universidad, inconscientemente condujo hacía allá. Aparco el coche en una gasolinera <<Un lugar muy seguro>> pensó irónico, pero al menos estaba a lado de un restaurante, el resto era bosque, árboles y árboles, hierba y más hierva, roca sobre roca. El bosque prohibido así le llamaban sus padres y todo mundo, como era típico de cualquier lugar había una leyenda acerca de este bosque.

Si lo pensaba bien nunca antes se detuvo en aquella gasolinera, ni comió en el restaurante a su derecha. Solo los turistas solían usar el lugar, lo sabía ya que el hermano de Taehyung trabajo en la tienda de conveniencia el invierno pasado. No le prestaba atención cada vez que el autobús pasaba por el pero ahora parecía diferente.

Poco le importó la leyenda antes de dejar el coche a su suerte e introducirse al bosque.

—Solo un momento —se dijo y entro.

Y entro en lo más profundo del bosque.

Y entro en lo más profundo del bosque

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L𝖆 S𝖔𝖒𝖇𝖗𝖆 D𝖊𝖑 O𝖒𝖊𝖌𝖆 [𝐈] - 𝐍𝐀𝐌𝐆𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora