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Ese mismo día mientras platicaban Namjoon le explico cómo es que el tema del embarazo se dio a mal entender.

El alfa de su hermano Jimin murió en una pelea cuando Jimin tenía dos meses de embarazo, al no tener alfa casi muere de tristeza. Afortunadamente la familia Kim es unida por lo que los olores de sus hermanos le ayudaron a sobrellevar el embarazo. Cuando Jennie lo busco la traducción del mensaje era "Jimin está muy mal, llora llamando a su alfa. Necesita el apoyo de sus hermanos". Cualquiera pudo interpretarlo erróneamente o utilizarlo para hacer daño, como lo hizo Mark.

Ahora se podía decir que tenían una amistad sin secretos más bien ellos eran el secreto o eso creían...

—Ups, deberías fijarte donde dejas las cosas —Hwasa acaba de tirar con todas las intenciones del mundo si mochila que estaba abierta, así como los útiles que se encontraban en la mesa de su asiento. El tono fingido de inocencia le revolvía el estómago no entendía como seguía aguantándolo.

Se agachó sin ganas, recogió dos libretas, pero se detuvo, levanto la vista mirando con enojo a Hwasa.

—De verdad crees que ganas algo haciendo esto ¿tu vida es tan miserable?

Todos en el aula quedaron en silencio. Presenciaban la escena sin mucho interés hasta que escucharon al omega hablar. La omega se mostró ofendida, se inclinó sin que sus rodillas tocaran el suelo ayudándose de una silla cercana a la que se sujetó.

—¿Perdón cariño que dijiste? —empleo un tono entre meloso con una pisca enorme de veneno.

Antes de que contestara Yoongi escuchó murmullos provenientes de la multitud, la mayoría era de los omegas quienes lo miraban con asombros, curiosidad y desprecio. Cuando eres el rechazado nadie se preocupa por ti, "por eso no tiene alfa", "es muy insignificante", "reto a Hwasa". No entendía que tenía que ver una cosa con la otra. Miro a los alfas que al hacer contacto con sus ojos estos miraban a otra parte pretendiendo que no existía, gran parte de ellos lo cortejaron alguna vez rompiéndole el corazón.

—Si eso creí —al ver que no decía ni pío Hwasa se levantó retirándose con elegancia festejando un triunfo.

¿Por qué no contesto? No lo sabía. Tener las miradas sobre el no causaban la misma sensación que años atrás, era diferente, lo hacían encerrarse en una burbuja protectora la cual funcionaba robándole la voz, la fuerza del cuerpo.

Rose se acercó ayudándole a levantar sus pertenencias. No confiaba en ella a pesar de que rompió lazos con Hwasa.

—No te pediré perdón por ser una espectadora, tampoco quiero ser tu amiga, solo estoy siendo amable recogiendo tus cosas —explicó como si supiera lo que pensaba. Lo cual le aterro —tienes un rostro muy legible ¿sabes? Deberías tener cuidado —entregó lo que recogió y se marchó con una media sonrisa en el rostro, había hecho su buen acto del día.

La gente se comenzó a esparcirse como debieron hacerlo antes. Avergonzado de sí mismo por no defenderse camino rápido por los pasillos, esta vez empujaba a los que se metían en su camino. El reprimirse tanto tiempo le hizo olvidar como en verdad era, se preguntó si era demasiado tarde para intentar ser valiente.

—Oye tranquilo. La salida seguirá ahí.

Yoongi miro a la persona que lo sujeto por los hombros a metros de la puerta, se iba a disculpar por empujarlo en lugar de hacerlo se mordió el labio, quería dejar de ser débil, solo había sido un pequeño empujoncito. Se asombro al ver que Namjoon era la persona que lo detuvo.

—¿Las clases siguen en pie? creo que pronto podrás, ha pasado más de una semana y estoy batallando en entrar a tu mente —por la forma en que se curvaban sus ojos bajo la sombra de la capucha del suéter sabía que estaba sonriéndole.

—Sigue en pie —se limitó a decir. No tenía ánimos de nada luego de lo que sucedió en el salón, pero tenía que seguir con las clases.

—Te veré en el bosque.

Así era la manera en que funcionaba su amistad. En la universidad apenas y cruzaban, fuera de ella el bosque era el único lugar en el que se veían para sus clases.

El bosque ya no le parecía aterrador, entienda que lo peligroso fue el sujeto que intento dañarlo. Iba todos los días sin falta para repasar sus clases sobre lectura mental, aunque lo que más quería era ver lo que tenía frente a sus ojos. Namjoon se acercaba trotando, la mochila le colgaba de un brazo, tenía el rostro descubierto y se mostraba sonriente.

—Casi no vengo.

—¿Por qué?

El alfa se detuvo quedando a un metro de distancia del omega.

—Jungkook me marco, dijo que el líder de la manada del este viene en camino —explico. Se alejo para dejar su mochila junto a la otra, se tumbó en el césped algo cansado, Yoongi lo imito.

—¿Líder? No pensé que existieran más manadas.

—Créeme que nuestros números son iguales a los de ustedes, la sociedad está dividida en dos. Incluso hay manadas que forman su aldea en edificios en medio de las ciudades. Nosotros ancestros decidieron que el bosque era mejor opción así tendríamos más libertad para transformarnos y que mejor que un bosque cerca de la ciudad para poder mezclarnos.

Siempre que Yoongi hablaba con Namjoon el mundo se iluminaba mostrándole nuevos colores, era increíble descubrir el mundo que creyó no exista.

—Pero hay más. No todas las manadas nos llevamos bien, al ser territoriales no dejamos que otras manadas se metan en nuestro territorio, nosotros somos la única manada de esta pequeña ciudad por lo que no estamos acostumbrados a que otros merodeen por aquí.

—¿Entonces el líder que viene es malo? —la idea le asusto. No quería conocerlo.

—No, tranquilo. Hoseok es mi amigo, hace un año murió su padre dejándole el liderazgo, nuestras manadas tiene acuerdos de paz, como nuevo líder tiene que firmar los tratados. No pudo venir antes así que mi padre le dio tiempo, hasta ahora pudo venir.

EL sonido de una canción los interrumpió. Yoongi busco en su mochila hasta encontrar su celular, lo primero que escucho fue llanto, Taehyung estaba llorando.

—Iré enseguida —colgó —¿Podemos dejar las clases para otra ocasión? Taehyung acaba de terminar a su novio y no para de llorar —a prisa guardo el celular poniéndose la mochila.

—Nos vemos el sábado ¿te parece? tengo que atender a Hoseok mientras este aquí.

—Mañana es sábado —respondió con obviedad.

—Lo sé —rieron divertidos —te veo mañana temprano.

—Nos vemos —sin pensarlo planto un beso en la mejilla del alfa. No lo había hecho antes, solo sintió la necesidad de hacerlo. Al darse cuenta de lo que hizo evitando la vista del moreno camino a toda prisa alejándose, dejando a un alfa feliz.

 Al darse cuenta de lo que hizo evitando la vista del moreno camino a toda prisa alejándose, dejando a un alfa feliz

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