L𝖆 S𝖔𝖒𝖇𝖗𝖆 D𝖊𝖑 O𝖒𝖊𝖌𝖆 [𝐈] - 𝐍𝐀𝐌𝐆𝐈

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No hubo pelea como esperaban que sucediera. Fueron guiados a una celda donde se les fue ordenado estar en forma humana. Les dieron ropa y comida solo el primer día, después solo recibieron agua.

—Creo que ha pasado un día o dos —comentó Yugyeom.

La luz no era uno de sus privilegios otorgados, así como la comida. Estaban bajo tierra en las mazmorras, apartados de la aldea. La custodia que tenían era exagerada para un grupo de seis, les triplicaban el número. Los vieron al entrar así que no estaban seguros si seguían ahí, la puerta de madera no dejaba verlos.

—Días suficientes para que ya hayan enviado por nosotros —agregó Bambam.

Jackson lo arropaba en un abrazó a pesar de que dijo que no estaba asustado, el alfa insistió, podría ser que el fuera el asustado.

—Y ni siquiera nos han dicho porque estamos encerrados —Jennie era la que se encontraba más alterada que los demás.

—Jennie tiene razón. Dijeron que alguien nos esperaba —dijo Bambam.

—Su líder nos ha declarado la guerra prácticamente —todos miraron a Namjoon —no firmaran el tratado.

—Debimos suponerlo. Los traidores son su aliado —recordó Jackson.

—Lo siento. No debí suponer que podría lograrlo. No soy mi padre —dijo con decepción.

Namjoon hundió la cabeza entre las manos. Sabía que él no era un líder y si logró arreglar la situación con la manada del este fue por que Hoseok es su amigo y un buen líder y persona.

—No es tu culpa Namjoon —la voz de Jennie era calmada.

Jennie era una chica que se la vivía a la defensiva, pero en ocasiones llegaba a ser dulce. Se levanto del suelo, camino hacia Namjoon y le acaricio el brazo. La debilidad de la omega eran los Kim, quienes fueron más una familia que sus propios padres, quienes no les prestaban atención. Namjoon levanto el rostro y le dio una sonrisa torcida a la chica.

El sonido de la puerta siendo abrir les puso en alerta. La puerta fue abierta de par en par dejando ver a doce guardias, hombres y mujeres, todos alfas con compleciones fuertes. SinB apareció de entre ellos con su sonrisa arrogante burlándose de ellos.

—Su audiencia ha llegado —sonó casi divertida.

Sin necesidad de que les pidieran salir fueron avanzando de uno en uno, al cruzar la puerta eran sujetados por dos de los guardias, uno de cada brazo.

—¿Es realmente necesario? —Namjoon señalo la acción de los guardias.

—Si no fuera necesario no lo estuviéramos haciendo —dijo con obviedad y poco molesta —avancen —ordeno.

Los seis chicos salieron del lugar de la misma manera que entraron, al entrar notaron los dos lados que tenía la mazmorra y ellos habían sido llevados al lado izquierdo. Se dieron cuenta de que era de noche. Los guiaron atreves de la aldea, las calles estaban vacías, las puertas y ventanas de las cabañas cerradas. Los faros iluminaban el camino ya que la mayoría de las casas mantenía la luz apagada, solo en unas se podía ver las luces del interior prendidas.

Tampoco hacían ruido, era una aldea fantasma. Namjoon era llevado al frente, miraba de un lado al otro extrañado de la situación. No sabía que les harían y eso no lo dejaba tranquilo. El pecho le picaba desde que inicio aquella primera noche en la que acamparon, su lobo estaba intranquilo.

Llegaron a lo que parecía el centro de la aldea. Una fuente se encontraba en el centro de la explanada con el agua congelada en ella. Las cabañas formaban un círculo alrededor de ella, una de las cabañas resaltaba más que las demás, era la residencia del líder. A diferencia del resto de la aldea el lugar estaba lleno de personas y no eran precisamente los residentes. Unos lo eran en su mayoría y el resto eran personas que Namjoon conocía, los chicos del orfanato. Estaban frente al ejército de la aldea.

Namjoon no se quejó cuando lo obligaron a arrodillarse en medio del lugar a la vista de todos. Esperaron en silencio, nadie hablaba. Definitivamente eran una ciudad fantasma a pesar de todos los que la habitaban. De la cabaña principal salió una figura que camino hacia ellos.

—Es el delta —hablo Bambam sorprendido. Recordó la vez que lo persiguieron en el bosque y se les escapó.

Tenía razón. Young Jae era quien caminaba hacia ellos.

—Por fin nos presentaremos oficialmente Namjoon —el delta sonrió demasiado feliz.

—¿Qué quieres? —Namjoon se atrevió a decir ignorando los nervios —muéstrame al líder —exigió.

—Eso no se va a poder —negó divertido —en su lugar estás hablando con el lugarteniente.

—Ja. No me hagas reír delta estúpido —esculpió enojado Yugyeom —eres un traidor.

—No seré un cambia-formas, pero tengo el mismo valor que uno en esta aldea.

Namjoon noto como los músculos de la mayoría se tensaron, los cambia-formas de la aldea por lo visto no estaban del todo de acuerdo con aquello.

—No me creas si no quieres hacerlo. Te lo voy a demostrar —no parecía molesto por el comentario —quiero que sepan que el problema es con su manada completa —paso la vista entre los seis chicos arrodillados, luego termino fijándola en Namjoon —no es nada personal Namjoon —fingía inocencia.

—Si te metes con mi manada definitivamente es personal —gruño molesto. Quería pararse y patearle la cara, sin embargo, tenía en claro que no lo haría con la desventaja que tenía.

—Lo menciono para que lo tengas presente más adelante —soltó un suspiro de cansancio —hay algo que ustedes me deben y es hora de que lo paguen ¿no creen? ojo por ojo, diente por diente.

La manera en la que hablaba tan tranquilo los sacaba de quicio. Tenían que ser fuertes para no cometer un error.

—¡Nosotros no te debemos nada! —grito Yugyeom. Ahora era el más alterado —ni siquiera eres uno del orfanato.

Namjoon asintió en eso. No era un cambia-forma por lo que tampoco debía de ser de esa aldea y tampoco era del orfanato, los conocía bien a todos, la mayoría de ellos estaban entre los que los rodeaban.

—Les iba a dar una explicación, pero no creo que la merezcan con tan malos modales —dijo indagando —mejor pasemos a lo que ustedes hacían aquí. Seguramente venían a que el tratado se renovara y eso no va a suceder.

—Queremos ver a tu líder —protesto Namjoon.

—Y yo te dije que no lo vas a ver —esta vez se mostró enojado —pongamos las cartas sobre la mesa — Young Jae fue a sentarse en la orilla de la fuente quedando a pocos metros —El asunto es que no va a ver un tratado, tu manada quedara bajo nuestro poder y no será precisamente en buenos términos —explico como si les diera la mejor noticia de sus vidas.

Hola guys✌

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