SILENCIO

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Esa mañana el silencio era sepulcral en la casa del productor, después de aquel sueño, Juan no pudo volver a pegar un ojo, además de la baja de azúcar de la cual debía estar pendiente. Decidió que había cosas que debía zanjar con Emilio. Bajó a tomar desayuno, encontrándose con el joven ya en la mesa muy pendiente de su móvil.

-Vas a quedarte aquí hasta que terminen las grabaciones, nada de...lo tuyo saldrá de aquí, así que más te vale tener cuidado.- dijo en tono seco.

-Sí, dormí muy bien, padre, gracias por preguntar, y sí, como digas, quizás en unos cuarenta años más aparezca un artículo de mi como el que salió de ti y Colunga, ¿Cómo nunca me enteré? Ya me lo imaginé de padrastro- dijo Emilio haciendo referencia a una nota completamente amarillista que había salido hace unas semanas

-No me provoques

-¿Provocarte, por qué?, como dicen "Si el río suena es porque agua lleva", lo mismo se aplica en mí, ¿Por qué piensas que muchos no han enganchado con Lalo y Sol?, hasta LAlan se oye más chidori, y eso que con Mauricio ni acercamientos han habido- consciente de la mirada de muerte de su padre decidió dejar de echarle más leña al fuego.- Bien, te dejo porque me toca entrenar, y no, no te preocupes, no pretendo volver a tener a la prensa preguntándome por mi vida privada en un buen tiempo, nada saldrá de aquí.- Cogió su móvil y se retiró.

Osorio se quedó mirando con ojos taciturnos, contemplando esa nueva faceta de su hijo, no es que pudiera decir que se había vuelto un rebelde, porque en sí, seguía cumpliendo con todo lo que le pedía, pero ya no era el mismo que solo sonreía y se callaba. Los días siguientes fueron igual de desconcertantes, era como si volviese a conocer de nuevo a Emilio, llegó a preguntarse si en realidad siempre había sido así y era él quien tenía la venda en los ojos, tan ocupado lo tenía el asunto que ahora se sentía más cansado, como si tuviese que caminar por una cuerda floja y el esfuerzo por no caerse agarrotara cada uno de sus músculos y dificultara su respiración, hasta que llegó un momento en que realmente no pudo hacer caso omiso y fue al médico, como si el cielo conspirara en su contra, los informes médicos hablaban de la presencia de los agentes patógenos correspondientes al SARS CoV-id19. De inmediato, se dio aviso a todo aquel con el que había tenido contacto en las últimas semanas para que se realizaran los exámenes PCR.

Emilio por su parte, salió bien librado*, sentía preocupación por su padre, eso era evidente, no solo porque era el maldito virus que ese año había matado a tanta gente, si no porque ya su padre era parte del grupo de riesgo con enfermedades de base. Debió dejar esas preocupaciones por un momento para irse a instalar donde Kiko por lo menos el primer día, ya que desinfectarían la casa de su padre y ya luego podría ir a buscar sus cosas, se quedaría por el momento en su departamento, aunque allí aún no tenía mucho más que una cama y una silla. La reunión con su equipo se volcó a la resolución de asegurar que las fechas de conciertos para el segundo fin de semana de diciembre se cumpliesen de todas formas y la posada por streaming también, a pesar de los fuertes rumores del cambio en el semáforo de alerta Covid.

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Habían acordado entre todos juntarse en casa de Ana Paola, el sábado anterior a Navidad para repartirse los regalos del amigo secreto, tradición que cumplían cada año en aquella fecha, y aunque esta vez fuera de forma diferente, decidieron celebrarla igual. El grupo además de la dueña de casa, se conformaba de Joaquin, Renata y Nickol. Los cuatro se encontraban jugando UNO, y de fondo estaba el concierto de Emilio. Ana Paola había recibido semanas atrás un pase especial de parte de su amigo, y realmente quería apoyarlo, pero previamente le preguntó a Joaquín si le molestaba la situación, pero éste le afirmó que no, ya que era su amigo también, aunque internamente había batallado por decir esas palabras.

TU CAMINO : Después de Aristemo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora