INEVITABLE

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Joaquín se encontraba en el balcón de su departamento, degustando su infusión de jazmín mientras disfrutaba de los primeros rayos de sol de aquella mañana. Ese día era su libre, por lo que iba a dedicarse completamente a él. Se entretuvo mirando el paisaje, gente paseando a sus perros o bien, perros arrastrando a sus amos, gente caminando distraída, en los edificios, gente en sus balcones como él, otros haciendo ejercicios; y precisamente allí es que se topó con un chico que le daba la espalda mientras hacía al parecer su rutina fitness de la mañana, mostrando cómo sus músculos se contraían con cada movimiento.

-Que buena vista- se dijo Joaquín para sí, en lo que tomaba un sorbo de su taza y sonreía. El chico del departamento de al frente, cruzando la calle, se había girado y finalmente revelaba su rostro, lo que causo que el castaño maldijera -Maldita sea, es él- y al mismo tiempo escupiendo debido a la sorpresa. Aún con la molestia presente, ingresó al departamento para limpiarse y olvidar la imagen mental de su cabeza y pensando <<Nunca más salgo al balcón>>.

Emilio por su parte, sabía que alguien le miraba y eso causaba que más quisiera lucir sus músculos, además de que siempre hacía sus rutinas en boxers <<Estas guapote chiki>> era lo que siempre decía para darse ánimos. Sue ejercicios fueron interrumpidos por una llamada entrante en su móvil, era su manager quien quería saber cómo se encontraba ya que días previos Emilio le había dado un discurso quejándose de que se topaba con Joaquín en todas partes; que un día fue en una cafetería de dos calles más abajo, que días después en la tienda de víveres en el pasillo de las infusiones, que en el parque, que en el estacionamiento del canal, esto último siendo refutado por la manager como que era 'lo más evidente del mundo si trabajan en el mismo proyecto'. Era tanto lo que se encontraban fuera del trabajo, que Emilio ya sospechaba que quizás vivían cerca, pero Miami era una ciudad grande, las probabilidades eran pocas.

-La ciudad será grande, pero a veces es un pueblo chico infierno grande-le decía divertida Ale a Emilio.

-Ya estas con tus frases wey.

-Buen, hablando en serio, es porque trabajan en una misma serie, viven en la misma ciudad y comparten parte del fandom - le explicaba Ale con toda la paciencia del mundo.

-Muchas gracias por hacer la lista wey.

-Y tú, deja de estar quejándote por favor. Si tanto te molesta, habla con él, estoy segura que es la falta de comunicación la causante de todos los problemas.

-Esta bien, lo intentaré.- Dijo más por dejarla tranquila que porque lo pensara hacer realmente- Adiós, me voy al trabajo-dijo el rizado y le cortó volviendo al balcón esta vez para seguir con sus flexiones.

Concluyó su rutina con estiramientos de brazos, mirando hacia el edificio del frente, unos movimientos llamaron su atención, desde un balcón unos pisos por arriba, una chica pelirroja de abundante cabello rizado le sonreía y le mostraba un folio con un gran 10 escrito. Entendiendo a qué se refería, le devolvió la sonrisa y un gesto de agradecimiento, luciéndose un poco, mostrándose, desde allí comenzó una 'conversación' en base a gestos y mímicas.

-'Quieres tomar algo?'- gesticuló la chica con un vaso en mano y llevándoselo a la boca para apoyar su idea.

- 'Ahora debo ir a trabajar, a las 8, encantado'- hizo el gesto de un reloj e indicó una hora. La muchacha le hizo un gesto de que la esperara, desapareció del balcón y minutos después apareció con más folios, hizo el gesto de 'llámame' y le mostró las hojas donde había anotado su número. Emilio de inmediato tomó el móvil y lo registró agendándola como "Chava del frente", luego le escribió un mensaje.

Hola, mucho gusto, soy el chico del balcón, me llamo Emilio

Levantó la mirada hacia la chica indicándole que viera su móvil, esta lo hizo y sonrió, de inmediato Emilio vio que el contacto estaba escribiendo.

TU CAMINO : Después de Aristemo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora