64

5.2K 277 27
                                    

—Se tardaron mucho.–dije en cuanto Christian subió a Teddy en el asiento trasero de mi carro para ponerle su cinturón de seguridad.

—Culpa de mi papi.–se apresuró en decir Theo.

—Lo seguiré diciendo, debimos traer el asiento especial.–Dijo Christian mientras me saludaba con un pequeño beso en los labios.

—Tiene 5 años, Christian.–rodé los ojos divertida mientras encendía el auto para salir del estacionamiento.

—Si papi, ya soy un niño grande.—Teddy cruzó los brazos y le sonreí desde el espejo retrovisor.

—Pues no parecías un niño grande cuando me pediste que te comprara los calzoncillos de Micky Mouse.–Me susurró Chris para que el pequeño no escuchara.

—Entonces...–traté de cambiar el tema porque si no todos saldríamos de aquí peleados.—¿Cómo se la pasaron hoy?

—Mami, estaba en una tienda con papi y unas chicas dijeron que les gustaba el cabello de papi.—Theo sonrió con inocencia mientras Christian abría los ojos como platos.

—¿Una chica le dijo a papi que le gustaba su cabello?.–Sonreí para mis adentros mientras fingía estar celosa

—Si.–Asintió Teddy, obviamente a él también le divertía esta situación.

—Okey cariño, ¿y qué fue lo que dijo papi?.–Volteé con una sonrisa maliciosa hacía un Christian que le hacía señas a Theo para que guardara silencio.

—¡Él sonrió!

—Oh, ¿él sonrió?.–repetí con un tono sorprendido. Mi vista seguía concentrada en el camino pero cuando tenía la oportunidad, volteaba hacia Christian por unos segundos para seguir intimidándolo con mi mirada.

—Trataba de ser amable.–dijo Chris con una pequeña e inocente sonrisa.

—Ahora quieres ser amable y sonreírle a las chicas.–me burlé con ironía.—Bueno Teddy, me parece que tu papá quiere o está tratando de conocer a Dios el día de hoy.—Al oír mis palabras, Christian tragó saliva nerviosamente. Por otro lado, Theo rompía en risas.

—Sabes que solo tengo ojos para ti, Ana.

—Si tú lo dices,risitas.–mordí mi labio para no reírme con el nuevo apodo que me había sacado de la manga.

Christian y Theo habían pasado su plan (el que por la intromisión de Raymond se había cancelado) de ir al centro comercial para el día de hoy. Nuevamente me prohibieron quedarme con ellos, dijeron que era tiempo de chicos. Yo me quedé en mi trabajo, pero me había tocado recogerlos.

—Se me hace raro no tener a Taylor con nosotros.–dijo Christian en cuanto me estacione enfrente de mi local.

—Christian, ese pobre hombre necesita un día libre.–suspiré mientras desabrochaba el cinturón de seguridad y me guardaba mis llaves.—No nos pasará nada por un día que estemos sin seguridad. A menos de que te sea imposible sobrevivir un día sin su presencia.

—¿Qué me insinúas, Señorita?

—Nada, no quiero lastimar tu masculinidad.

Christian estaba a punto de seguir preguntando pero Luke nos interrumpió al lanzarse hacia el asiento en donde estaba Teddy.

—¡Tio Luke!.–chilló felizmente el pequeño en cuanto mi amigo abrió la puerta.

—Mírate, ya me tenías muy abandonado.–Dijo Luke dramáticamente cuando se abrazaron.—¿Qué están esperando?, métanse.

Había poca gente en lo local porque ya casi era de cerrar. A esta hora casi no teníamos clientes, nuestra hora fuerte era en el turno de la mañana. Al entrar me puse al corriente con Aitana y Luke sobre lo poco que había ocurrido en mi pequeña ausencia, Christian bebía un café y Theo se comía las galletas que le habíamos guardado.

Somos chocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora