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La alarma para despertarme no había sonado (si sonó pero solo me levanté para apagarla), entonces mi siesta se alargó un poco más. Al despertar tenía 10 llamadas perdidas de un Christian Grey "molesto" por haberle dado el plantón. Arreglamos salir un poco más tarde de lo planeado.

Llegué al punto medio donde me vería con Teddy y Christian para después irnos a mi heladería favorita. Cuando llegamos al lugar, nos dimos cuenta que estaba cerrado, pero como el pequeño ya traía el antojo, decidimos caminar y ver qué encontrábamos al paso. Yo iba tomada de la mano con Teddy mientras cada que dábamos un paso, Christian tenía llamadas por el trabajo.

—Te extrañaba mucho, Ana. Mi papi solo se la pasa trabajando.–Dijo Teddy sosteniendo mi mano mientras caminábamos y me hacía unos ojitos adorables.

–Yo igual te extrañaba.–Le sonreí.—Creo que tu padre es un obsesionado.—Me agache para susurrarle a Theo, el pequeño soltó una risita y asintió. Me levanté para volverle a sostener la mano y avanzar.

—¿Qué estamos buscando exactamente?.–Dijo Christian mientras nos seguía el paso y guardaba el teléfono en su bolsillo.

—Mira, Papi.–Gritó Teddy mientras apuntaba un Parque.—¿Podemos ir?, por favor, por favor.

—No, Theo, mejor sigamos buscando tu helado.

—Christian, déjalo que juegue. Además, ahí debe haber vendedores cercas.–Le sonreí a un Teddy cabizbajo.

—¿Es seguro?, ¿Ahí venden helado?, es un parque.—Christian sonaba inseguro.

—No me digas que nunca estuviste en un parque.–Dije muy asombrada mientras Christian negaba con la cabeza.—Te estas perdiendo de muchas cosas, vamos.—Ahora le tomé la mano a Christian mientras él cargaba al pequeño y yo los adentraba al parque. Taylor solo nos seguía mientras se aguantaba una carcajada.

Si, también Taylor estaba con nosotros.

—Teddy, ve a jugar un rato. Nosotros nos sentaremos por allá para observarte.–Le dije al pequeño mientras señalaba unas bancas.—Pero que solo sea un rato, porque después daremos una vuelta buscando helado.—El pequeño asintió y corrió hacia los juegos. Yo caminé a los asientos desocupados que le había señalado a Teddy, Christian le dio unas órdenes a Taylor sobre la seguridad del pequeño y después se me unió.

—No puedo creer que Christian Grey esté en un lugar público como este.–Le sonreí mientras veía como sacudía el asiento para sentarse.

—Estoy seguro de que esto es una trampa tuya.

—Oh, vamos Christian. ¿Nunca trajiste a Teddy a jugar?.

—Es un lugar muy público, Anastasia. A veces no tengo tiempo y no me gusta exponer mucho a mi hijo.

—Perdón que me meta, pero es un niño. Necesita correr, ocupa que le de el sol. No puedes tenerlo encerrado para siempre.

—Supongo que tienes razón. Mi infancia no fue muy normal, no quiero eso para Teddy.–Vi un poco de tristeza en los ojos de Christian, su mirada se encontraba en el pequeño que corría junto con otros niños.

—Mira, ya hizo amigos.–Sonreí.

—Le pediré a Taylor que investigue a los padres. A lo mejor quieren acercarse a Teddy para recibir algo de mi parte.—Christian estaba por levantarse pero yo lo sujeté del brazo, él me volteó a ver con el ceño fruncido. Dios, que obsesionado.

Somos chocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora