16

4K 307 26
                                    

—No comeré pan nunca más.–Dijo Luke acostándose en el sillón de nuestra oficina.

–Te pedí que lo llevaras con calma.—Respondí mientras me sentaba en otro sillón para darle su espacio a un Luke hinchado de tanto comer.–Mira, quedó un pan.

–Dámelo.–Luke estaba acostado pero con mis palabras se sentó lo más rápido que pudo para arrebatarme el plato donde estaba el pan.

Mis mañanas casi nunca eran tan ajetreadas, pero hoy cuando Taylor me trajo al local solo bastó con un paso adentro para ver a un Luke estresado. Casi nunca llegaba tarde, por lo general siempre llegábamos juntos por razones obvias, pero yo ya le había explicado que Teddy me necesitaba. Hoy tendríamos reunión con algunos panaderos, pues Luke estaba decidido a aprender más sobre la cultura Mexicana, estaba totalmente convencido de que quería influenciar a todos.

En la junta hubo degustaciones para ver qué artículos meteríamos al menú, donde obviamente mi mejor amigo se fue como Gorda por tobogán comiendo en porciones exageradas todo lo que le ofrecían.

También Luke y yo conversamos sobre algunas remodelaciones que haríamos. Charlamos sobre aumentar el personal, pues el local comenzaba a hacerse famoso y el ambiente se estaba haciendo aburrido solo con dos personas (los proveedores no contaban pues no estaban la mayoría del tiempo). También llegamos a la conclusión de que si metíamos piezas de panadería corríamos el riesgo de desperdiciar un porcentaje del producto, no es que fuera dinero a la basura, pero odiaba desperdiciar y me negaba a no utilizar piezas frescas o de buena calidad. Apoyé a Luke con su idea de poner una temporada Mexicana, siempre y cuando él también estuviera de acuerdo en asociarnos con una organización.

Así fue que nos pusimos en contacto con Coping Together. Una fundación donde ayudaban a niños sin hogar, se podría decir que era una casa hogar, pero también ayudaba a niños con padres adictos. Ellos estuvieron más que encantados al recibir nuestra ayuda al menos en el sector alimenticio. Ellos pasarían a la hora de cerrar para recoger lo que se donaría cada día y nosotros estaríamos felices de aportar nuestro granito de arena.

—Te lo digo enserio.—Dijo Luke mientras le daba un mordisco al pan que nos presentaron como "concha".—No quiero saber nada de comida por el momento, estoy que exploto.

—Oye, gordito, ¿te parece si pedimos comida china?.—respondí mientras jugaba con mi teléfono.

—Me parece una buena idea, pídeme arroz frito, pollo a la naranja y unos rollos primavera. Total, ya tenemos el día libre.—Luke se volvió a recostar. Dado que hoy tuvimos varias "reuniones" decidimos no abrir el día de hoy, pero aún así seguíamos en la bodega que llamábamos oficina.

—¿No que ya no ibas a comer?.—pregunté mientras sentía como levantaba mi ceja en una forma de interrogación, esta situación era chistosa.

—Te juro que ya iniciaré la dieta.—Luke hizo un puchero.—Oye, Ana, tengo una idea.

—No Luke, no abriremos una taqueria.—Lo interrumpí.

—Que chistosa eres.—se rió sarcásticamente.—Te lo digo enserio, es una buena idea. Que te parece si hacemos una fiesta con temática Mexicana para darle la bienvenida a los nuevos platillos de nuestro menú.

—Luke, necesitas dejar tu obsesión. Si yo llego diciéndote que amo Bélgica, ¿haríamos maratón de Waffles?.

—Si, porque se que a ti te encantan los waffles.

—Está bien.—suspiré.—Pero no será una gran fiesta, ¿okey?. Y solo te apoyo si damos tacos.

—Me parece bien.—Sonrió con un poco de malicia.—Además, ¿no te gustaría bailar al compás del mariachi con Christian?.—Luke hizo un acento tratando de hablar español.

Somos chocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora