Pov Christian.
Ni siquiera yo sabía porque había aceptado encontrarme con Leila. ¿Estaba listo ?, lo que si estaba, era enojado. Hace 4 años ella me dejó muy en claro que no se metería en mi vida, para mi ella estaba en el olvido. En mi mundo solo existía Theo, y si estaba aquí, listo para encontrarme con esa mujer, era por él.
¿Para qué volvió?, no le voy a dar dinero, no le debo nada. Otra vez me limpié el sudor de mis manos en mi pantalón, estaba nervioso, y no era por verla, simplemente tenia el presentimiento de que el tema era mi hijo.
—Llegamos, Señor Grey.—Anunció Taylor estacionándose en la cafetería donde ella me citó.
Taylor junto con Sawyer bajaron del coche, Taylor procedió a abrirme la puerta, pero las piernas no me respondían. En mi mente solo estaba el pánico, miedo y ansiedad por mi hijo, sabia que esto seria sobre él, obviamente, ¿de qué otra cosa podría ser?
—¿Te encuentras bien?.—Me preguntó Taylor al ver que no bajé del coche ni cuando el abrió la puerta.
—Tengo hasta ganas de vomitar.— Sawyer ya estaba dentro del local para llevar el protocolo de seguridad a cabo. Taylor soltó unas pequeñas risas cuando vio que llevé mi mano a la boca.
—No puede ser peor que mi ex mujer.–Dijo Taylor dándole un toque cómico al asunto, sé que lo hace para que me relaje.
Después de que mis nauseas se fueron, pude caminar, aun cuando me sentía como una gelatina. Esto era ridículo, me estaba comportando como una mujer indefensa. Soy Christian Grey.
Al entrar a la cafetería tuve que recorrer con la mirada todas las mesas ocupadas, hasta que me encontré con una sonrisa que me llamó la atención.
¿Leila?
No había rastro físico de la mujer que yo recordaba. Su cabello color chocolate había desaparecido, en su lugar era un tono rubio. Se que me veré como un descarado al analizarla, pero mi memoria no la recordaba así. Todo estaba igual, pero a la vez era diferente. Su cuerpo había cambiado, sus facciones también maduraron.
A mi mente llegó la probabilidad de que otra vez estaba en manos de las drogas. Al año de que ella se fue, decidí investigarla, quería saber que era de su vida y asegurarme de que ella no seria una amenaza. Así fue como descubrí que estaba metida en el mundo de las drogas, después supe que estaba en rehabilitación pero a cada rato tenia recaídas, al final ya ni quise saber que era de su vida, ya no importaba.
—Hola, Christian.–Leila sonrió débilmente, su voz ya era más grave. Seguía intrigado, ella estaba delgada y tal vez un poco demacrada, pero no en los huesos, y no había otra señal que me indicara si ella estaba utilizando nuevas sustancias dañinas.
—Leila.—Saludé con un tono de voz seco, para después sentarme enfrente de ella.
¿Qué estaba esperando ella ?, ¿Qué actuara como si no hubiera pasado nada?
"Hola, Leila. Gracias por abandonarme con un niño, sabiendo que no estaba listo para ser padre, menos padre y madre a la vez. También gracias por decirme que desaparecerías de mi vida, ni eso pudiste cumplir. ¿Pero como estas ?, ¿podemos ahora intentar ser una familia feliz? ".
Por supuesto que no.
—¿Cómo estás?.
—Leila, ve al grano.
—Por favor, Christian. Esto también es muy difícil para mi.–Empezó a jugar con los dedos de su mano.—¿Te parece si bebemos algo?.
—Mira Leila, no sé si sabes pero soy un hombre muy ocupado. No creas que viajé desde Seattle solo para venir a decirte "Hola".—Mi tono de voz no me estaba ayudando mucho. En verdad que estoy tratando de no gritar, estoy tratando de ser paciente.
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Somos chocolate
FanfictionAnastasia era tan vainilla. Christian era chocolate. "Tú pusiste mi mundo patas arriba. Mi mundo era ordenado, calmado y controlado, y de repente tú llegaste a la vida de mi hijo y a la mía con esa alegria que te caracteriza. Me enseñaste a ver lo d...