23

3.4K 278 15
                                    

—¡Papi!.

—Hola campeón, es hora de irnos.– Christian intento sonreír pero no lo logró. Algo andaba mal.

—Teddy, vamos por tus cosas.– Dijo Luke viéndome, sabía que necesita hablar con Christian a solas.

—¿Estás bien?.– le pregunté a Chris cuando Luke se llevó a Teddy.

—Luego te cuento. ¿Theo se portó bien ?.

—Comió McDonald's.– sonreí orgullosa.

—¿Le diste a mi hijo comida basura?—Christian tenía un tono enojado, ¿por que está actuando así?.

—Oye, lo siento. No sé en dónde demonios estabas o porque estás enojado, pero te estás desquitando conmigo. Fui por tu hijo a la escuela y aun así le di de comer. No es ningún problema para mi, pero me avisaste con poco tiempo, no voy a hacer comida casera cuando no tenía un horario al que acoplarme.– respondí molesta, yo respeto que no me cuente sus problemas, pero no voy a permitir que se desquite conmigo.— Si estás enojado no lo vas a pagar conmigo, Christian.

—Tienes razón, lo siento mucho.– Christian se pasó la mano por su pelo, puedo notar que está frustrado.— Te agradezco todo, en verdad.

—No es nada. Pero necesito hablar contigo.

—¿Pasó algo con Theo ?.

—Si. Hoy estuvo un poco triste aquí conmigo, me comentó que en la escuela lo molestaron por no tener mamá.— Christian se quedó quieto, sin expresión en su cara. Solo se empezó a frotar la sien.

—¿Te sientes bien ?.

—Si, no te preocupes.

Le conté a Christian como traté de manejar el tema junto con Luke, él dijo que hablaría con Teddy y me agradeció diciéndome que vería otra película de Crepúsculo conmigo, al final me despedí de padre e hijo con una preocupación enorme. Christian se veía mal, se veía estresado. Pero yo esperaré a que quiera desahogarse conmigo.

/////////
10 de octubre.

El ritmo del trabajo en el local ya se estaba calmando, pero se nos venía la temporada alta porque ya comenzaba el clima frío. Christian estuvo un poco distante, asumí que tenía mucho trabajo.

—Ya es medio día, vamos a cerrar.– Le dije a Luke mientras despedía a los señores de la organización que apoyábamos.

Todos los días mandaban a dos personas para recolectar los productos del día de hoy, ya sea pan, algunas bebidas y postres. Ya era viernes, solo trabajábamos hasta medio día y yo ya estaba pensando en que no me levantaría de mi cama en todo el fin de semana.

—Voy a limpiar las mesas.– dijo Luke mientras agarraba un trapo.

Mi celular comenzó a sonar, vi que era Christian, no dudé en contestar aún cuando se me hacía raro. Prácticamente estuvo evitándome o actuando raro conmigo.

—¿Bueno?.

—Imbécil, aprende a conducir. – Gritó Christian. — Lo siento, ¿Estas ahí Ana ?.

Somos chocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora