El vacío se hizo presente en mi pecho nuevamente cuando Teddy se marchó del local. Pero ya no sentía tanto dolor, necesitaba pensar positivamente en que pronto solucionaría las cosas con Christian.
Terminamos el día laboral un poco más temprano, la verdad ya quería irme a mi casa.
—¿Segura de que no te llevarás un trozo del pastel a tu casa?.–dijo Luke mientras cortaba otra rebanada.—La verdad es que te quedó muy bueno, podríamos incluirlo al menú.
—No se me antoja mucho.–hice una mueca.—En estos momentos solo quiero estar en mi casa para descansar un poco, dicen que hoy será un día lluvioso.
—¿Vas a practicar con la pared lo que le dirás a Christian?.–me ruboricé porque ayer Luke me había atrapado hablándole a la nada. En mi defensa; tenía que ensayar mis disculpas.
—Le voy a cambiar la cerradura si no aprendes a tocar antes de entrar.
—Yo solo iba a visitarte, pero terminé buscándote psiquiatras cercas.
—Eres un idiota.—Sutilmente le levanté el dedo de en medio como respuesta.
—¡Tú me diste la llave!.–Luke trató de defenderse.
—En caso de emergencia, idiota. No para que llegues como Pedro por su casa.
Cerramos el local y obviamente tuve que darle un aventón a Luke (ya saben que soy su chofer, además vivimos en el mismo edificio). Hoy Josh tenía la tarde libre así que era todo un placer poder manejar. Tenía el plan de dejar a Luke en su departamento y después yo irme a conducir sin rumbo por un rato.
Pero la lluvia arruinó mis planes. Bueno, supongo que quedarme en mi casa no era tan mala idea.
Al llegar a mi casa hice toda mi rutina. Poner un poco de música para que el lugar no se sintiera tan vacío. Nunca se me hizo un espacio tan Grande y frío, nunca me sentí sola....
Quería aprovechar para darme una ducha, pero la verdad no quería congelarme. Luke tenía razón, quería estar en mi departamento solo para revolcarme en mi tristeza. De mala gana tuve que meterme a bañar.Busqué en mi armario algo para abrigarme. En Seattle ya estábamos a 7 grados, maldito noviembre y sus lluvias heladas. La verdad no tenia ánimos para ponerme una de mis pijamas ridículas (aunque fueran calientitas), ¿cuál era el chiste si Christian no estaría para burlarse?.
Seguí en mi búsqueda. Diablos, tengo que robarle alguna hoddie a Luke. No pude evitar preguntarme; ¿Christian tendrá alguna sudadera que pueda robarle?. Sonreí al imaginarme oliendo a él, pero solté una carcajada cuando me imaginé a mi utilizando un saco elegante del señor trajes bonitos. Cielos, estoy enloqueciendo.
Me decidí por unos shorts de pijama y un suéter de lana.Conecté la secadora para pasarla por mi cabello, no quería volver a pescar un resfriado. Esto no tiene mucho sentido, de todas maneras ando descalza pisando el frío piso.
Ya sacudí toda la casa, incluso puse el dibujo de Theo en la puerta del refrigerador. Estoy tratando de que el tiempo pase más rápido.Todo esto es ridículo, tengo más de una hora haciendo cosas sin sentido cuando podría ir a buscarlo. Pero no, la vida está en mi contra y decidió que el Señor se fuera de viaje.
Tocaron a mi puerta, sentí un poco de esperanza. Soy una tonta, ¿por qué creo que él vendrá a buscarme?. Abrí la puerta aún con un poco de nostalgia, tengo que dejar de soñar despierta.
—Jack.–dije sorprendida al verlo.—Que sorpresa,¿qué haces aquí?.
—Hola, Ana.–la sonrisa no le llegaba a sus ojos.—Solo pasaba por aquí y te traje esto.–me extendió un bote de helado.—¿Puedo pasar?
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Somos chocolate
FanfictionAnastasia era tan vainilla. Christian era chocolate. "Tú pusiste mi mundo patas arriba. Mi mundo era ordenado, calmado y controlado, y de repente tú llegaste a la vida de mi hijo y a la mía con esa alegria que te caracteriza. Me enseñaste a ver lo d...