14

4.2K 313 25
                                    

Domingo. Había sido un buen fin de semana, pero el domingo era de mis días favoritos. Solo yo, mi pijama y la soledad. Ahora estaba saliendo de una ducha bastante relajante, en mi mente ya estaba planificando que pijama limpia ponerme, si pediría comida y vería una película o simplemente dormiría hasta el día siguiente.

—¡Ana, tú teléfono está sonando!.—Gritó Luke.

¿Luke ?, ¿qué demonios está haciendo Luke aquí?.

Salí del baño que estaba en mi cuarto para encontrarlo tirado en mi cama.

—¿Qué demonios estás haciendo aquí?.—Dije mientras le hacia un nudo a mi albornoz.

—Me aburría. Además, tú cama es muy cómoda.

—Oh, ahora si utilizas tus llaves.—Le dije con un tono sarcástico.

—No desgastes tú energía regañándome. Mejor contesta.—Respondió mientras señalaba mi teléfono.

—Diga.—Contesté un tanto enojada, ¿quién demonios me molestaba un domingo ?.

—¿Ana ?, perdóname por molestarte pero tengo un serio caso de rabieta.—Dijo Christian del otro lado de la línea.

Es Christian Grey. Maldición, tengo que fijarme quién habla antes de contestar. Pude ser más educada. Ay Ana, siempre tan distraída.

—Oh, Christian lo siento.–Solté una risita nerviosa.—No me fijé antes de contestar. ¿Qué pasa?.—Del lado de Christian podía escuchar como Teddy gritaba mi nombre.

—¿Bueno ?, ¿Ana?.—Al parecer Christian le había dado el teléfono a su hijo.

—Teddy, ¿qué pasó? .–Dije preocupada, Luke solo se me quedaba viendo con cara de confusión.

—Ven, por favor. Ven. Papi, dile que venga.–Se escuchó como Christian volvía a agarrar el teléfono.

—Lo siento, Ana.–suspiró.–Conseguí que aceptaran a Teddy en un colegio.

—¿Qué ?, es maravilloso, son muy buenas noticias.—Sonreí, pero era inútil, no podía verme.

—Claro, cuando dices tu apellido y les donas un poco de dinero, obvio te abren las puertas.—Ahí estaba el Christian sarcástico.—El caso es que Teddy inicia clases mañana.

—¿Mañana ?, vaya, eso fue rápido.

—Si, pero aquí tengo un problema.

—Dime, ¿puedo ayudarte ?.

—Teddy quiere que estes presente.—Esas palabras me cayeron como un balde de agua fría, pero me sentí emocionada.

—¿De verdad ?. Para mi sería un honor, podría estar con ustedes en la tarde y ya en la noche regresarme a mi casa.—Dije mientras veía la hora.

—¡No !, quiero que estes mañana.—Gritó Teddy de Fondo.

—Oh...

—Ana, yo sé que tenemos poco de conocernos.—(Claro, más de un mes, ya no somos tan desconocidos, pero ¿dormir en su casa?).—Yo entiendo que desconfíes y no quieras venir a mi casa. Yo te entenderé, en serio, no te preocupes.

—Deja arreglo unas cosas, mándame la dirección y más tarde estaré ahí.—Dije segura. ¿Desde cuándo soy tan impulsiva ?. Hasta Luke se me quedó viendo aún más extraño.

—Mandaré a Taylor por ti a eso de las 5. Muchas gracias.—Colgó sin darme tiempo de preguntarle cómo sabía dónde vivía.

—Y ahora qué pasó?.—Preguntó Luke sentándose en la cama.

Somos chocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora