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¿Qué debíamos decir?, si frente a nosotros estaba el joven magnate de negocios. Había escuchado que era joven, pero nunca creí que además fuera tan apuesto.

Tiene un cabello cobrizo muy bonito, me doy a la tarea de analizarlo, si que es muy guapo. Vaya, es alto, y su traje gris me confirma que está en forma. Su traje no era lo único de ese color, sus ojos también, cielos ¿a este hombre lo habían creado para que se dieran un ejemplo de la perfección?. Por Dios Ana, cálmate. ¡Deja de comértelo con los ojos!.

—Soy Christian Grey, el padre de Theo.–él nos da una sonrisa que no llega hasta sus ojos y nos extiende la mano.

—Mucho gusto, Soy Luke y ella es...– Luke estaba presentándonos, pero yo lo interrumpí por un impulso.

—Rose, mucho gusto.–Le doy una sonrisa y estrecho mi mano con la suya. Ay no, ¿que hice?, ¿qué estoy haciendo?

Luke me da un vistazo rápido, se que esta confundido, ni siquiera yo sé porque le di mi segundo nombre. ¿Qué pasa conmigo?

—El gusto es mío, tengo que agradecerles por cuidar el día de hoy a Teddy, les ofrezco una disculpa por el retraso, había mucho trafico.–Christian pasa su mano por el cabello del pequeño, revolviéndolo.

—Oh, no es nada, ha sido un placer.–Digo, pero siento que fue como un susurro.

—Antes de retirarnos, me gustaría pagarles por lo que pudo consumir Teddy, sé que este pequeño puede ser un barril sin fondo.–Dijo Christian sacando su billetera. Bufo, ¿por qué siempre se trata del dinero?

—No, no podemos aceptarlo. Señor Grey, le aseguramos que fue todo un placer cuidar a Teddy.–Dijo Luke.

Yo agarré un pedazo del pastel que horneamos hoy y se lo tendí a Christian. Merecía una rebanada.

—Señorita Rose, creo que Theo ya tuvo demasiada azúcar por hoy.—Christian me dio una pequeña sonrisa burlona.

—Señor Grey, solo dígame Rose, y créame que sé que el pequeño ya comió lo suficiente. Esta rebanada es para usted.–Dije entregándosela, él la tomó e inmediatamente frunció el ceño.

—No es necesario, pero muchas gracias. Campeón.–Teddy miró a su papá.–Despídete y da las gracias.

—Pa, necesito ir al baño.–Dijo el pequeño haciendo un baile chistoso.

—Yo puedo llevarlo.–Dije rápidamente, necesitaba hablar con Teddy y esta era la excusa perfecta. Cielos Ana, ya cálmate.

—Eso ya sería abusar de su generosidad, ademas no quiero incomodarla.

—Créame, no tengo ningún problema.–Agarré la mano del pequeño y caminamos hacia el baño.

Una vez dentro, él pequeño me dijo que solo era del 1, me tranquilicé porque no quería limpiarlo.

—¿Por qué no me dijiste tu nombre completo?.—Le pregunté mientras le acomodaba su pantalón, afortunadamente era lo único que tenía que hacer.

—Me gusta más que me digan Teddy, y pensé que no te agradaría si te daba mi apellido.—Dijo Teddy cabizbajo, pero inmediatamente me miró a los ojos.—¿Y tú por qué dijiste que te llamabas Rose?.

—Solo le agrado a la gente por mi apellido.–Me pongo de cuclillas para estar a su altura.–Enano, necesito que me guardes el secreto, hazme este favor.

—Quieres que le mienta a mi papá.–Teddy se tapó la boca mientras negaba.

–No es una mentira.–Teddy me fulminó con su mirada.Es un niño muy listo.— Bueno, es una mentira blanca, muy pequeña.–Dije dándole una pequeña sonrisa.—Los amigos guardan secretos, tú y yo somos amigos, ¿no?.

—Pfff, está bien.–Teddy hizo un sonido chistoso con su boca y estrechó su mano con la mía.

—Ven, hay que regresar. Además, no le diré a tu papá cuánta azúcar comiste hoy.–Le saqué la lengua, que infantil soy.

–Ahora si, Teddy despídete.—Dijo Christian en cuanto nos vio volver.

—¿Voy a regresar?

—Theo no lo creo, pero te prometo que en unos días ya tendrás nueva niñera.–Christian se colgó en su hombro la mochila de Teddy.

—Yo no quiero, yo quiero venir aquí.—La voz del pequeño se empezó a quebrar.

—Señor Grey.–Christian iba a hablar pero necesitaba interrumpirle. Que imprudente soy.—Créame que Teddy puede venir cuando él quiera y lo desee, al menos hasta que usted consiga quien lo cuide.—Alcé los hombros como si no hubiera problema.

Luke se me quedó viendo como si me hubiera salido otra cabeza, solo le di una mirada de "no abras la boca, no metas la pata". Sabia muy bien que este lugar no era para niños, yo no soy niñera, soy repostera. ¿En qué estaba pensando?, no lo sabía, en tan poco tiempo ya me había encariñado con el pequeño, sentía una necesidad de tenerlo cerca.

Christian se quedó pensando alrededor de unos 5 minutos, a lo mejor no fue tanto, pero se sintió como una eternidad; al final cedió y me pidió mi número de teléfono para estar en contacto.

No es que quisiera hacerme amiga de este papá tan guapo, pero supongo que unir lazos no estaría mal, todo era por Teddy

¿Verdad?

Si, todo era por Teddy.

—Estamos en contacto, Señorita.–Christian me dio a entender que necesitaba mi apellido.

—Adams, Rose Adams.–Le dije con una sonrisa, estaba nerviosa, ¿por qué estoy nerviosa?.

Ambos se despidieron y no pude respirar tranquilamente hasta que vi como su auto se iba desapareciendo de mi vista. Inmediatamente fui por mi bolsa y las llaves para no tener que hablar con Luke.

—Bueno, es hora de irnos.–Dije mientras apagaba las luces.

—¿Me da un aventón a mi departamento, señorita Adams?.—Dijo Luke burlándose de mi, yo solo pude darle un codazo.—Aparte de mentirosa, eres agresiva.

—Pues es que si ya sabes que soy tu transporte laboral.—respondí.

Para mi buena suerte (o mala), vivíamos en el mismo edificio, solo que en departamentos distintos, eso de ser roomies no nos funcionó, nos  tuvimos que independizar, porque estar juntos tanto tiempo luego podría salir mal. Prácticamente ya hasta íbamos al baño juntos (ojalá fuera un chiste). Necesitábamos nuestra privacidad, y algunas veces descansar de vernos tanto, pero algunas veces yo me quedaba a dormir en su departamento o él en el mío. Ambos teníamos carro, pero yo no confiaba en su forma de manejar.

—Ana, ¿Por qué no le diste tu nombre normal?.Ya sabes, con el que todos te llamamos.— Luke le puso llave a la puerta del local y luego nos subimos a mi carro.

—No lo sé, solo...–Suspiré.—Necesito un amigo que no finja ser mi amigo solo por los beneficios de mi apellido.

—Ana, ¿Por qué Christian Grey, el multimillonario más joven y guapo haría mal uso de tu apellido?. Ubícate, preciosa.

—Eres un tonto. Ni siquiera sé porque le di ese nombre, a lo mejor es un experimento.—Confesé. Y era cierto, no sabía porque le había dado ese nombre.

—¿Te lo quieres ligar o qué?.—Dijo Luke haciéndome nuevamente burla, hoy andaba muy payaso.

—Eres un tonto, claro que no. Pronto le diré "Sabes que, mi verdadero nombre es Anastasia Steele, no te lo dije desde un principio porque quería agradarle a alguien sin necesidad de mi apellido". Esto es ridículo, ni siquiera creo hacer una amistad con él.—Encendí el carro y lo puse en marcha, también puse música solo para no seguir con este tema.

Somos chocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora