7 de diciembre, 2020
Allison:
A veces no nos damos cuenta del daño que ocasionamos con nuestras palabras, con nuestras "opiniones". Estamos tan cegados por la aprobación de los demás que no vemos cómo herimos a otros al pensar de la misma manera.
"No tenes cintura" "Te falta culo" "Deberías dejar de comer tanto, estás gorda" "Deberías comer más, pareces un fideo"
Nada nos viene bien, nada es suficiente para nadie. Que si esta gorda, que si esta flaca, que si tiene o no tiene pechos, todos hablan, todos piden, todos quieren, pero nadie piensa; ninguno observa el daño que causa con esos comentarios innecesarios.
Si quieres a una chica perfecta, cómprate una muñeca inflable y deja de opinar sobre los cuerpos ajenos; porque nadie es perfecto, todos tenemos nuestros defectos. Nadie tendría que tener el derecho de opinar de mala manera sobre el cuerpo de otro, porque no sabe lo que causa en la otra persona, el daño y la marca que podría llegar a dejar.
Uno tiene que cambiar, si uno quiere cambiar, no por los demás; no por complacer a los demás, hazlo por complacerte a ti.
Si no le gusta lo que ve, que no mire. Si no le gusta lo que toca, que no toque, nadie lo obliga a quedarse. Si a la persona que quieres no le gustas, pues búscate alguien que si te quiera por cómo eres y no te intente cambiar; porque alguien que dice amarte y busca cambiarte, no te ama de verdad.
Cuesta entender estas cosas, principalmente cuando vivimos en una sociedad estereotipada. Pero porque los demás lo quieran, no significa que nosotros también debamos quererlo. Que los demás busquen cambiarte, no significa que debas cambiar.
Hazlo, pero solo si tú de verdad lo quieres, por ti, no por los demás.
Mientras pienso en todo eso y sigo acariciando el pelo de Dylan que sigue durmiendo encima de mí. También sé que lo que dijo es cierto.
Si, lo amaba, pero no a él, sino la faceta que fingió para estar conmigo.
Es extraño, que luego de todo este tiempo, me dé cuenta de esto; pero es cierto y tengo que aceptarlo.
8 de diciembre, 2020
—¿Nunca jugaste al Pool? —me pregunta divertido Dylan.
Ya cenamos, estamos en la sala de juegos.
—Sí, pero no soy buena, tampoco me enseñaron a jugar, por lo que no sé.
—Eso significa que vamos a ganar —dice Tyler.
—Yo no dije que iba a jugar.
—Pero vas a jugar —comienza Dylan—. Nosotros dos, contra Ty y Patrick.
—Shepard —me acerco para susurrarle—, de veras soy muy mala para esto —ríe y con sus manos en mi cintura me acerca a él.
—Yo te enseño. Pero... ¿Vas a poder con tu mano así?
—Sí, no duele ni nada.
Duda, pero asiente.
Se coloca detrás de mí y con una mano en mi espalda me hace inclinar hacia adelante, sobre el juego.
Siento el calor corporal de Dylan sobre mí, se coloca un poco de costado para observarme, divertido. Sé que estoy roja, mucho, es una posición bastante interesante y la tensión sexual que danza entre nosotros no ayuda a la situación.
El palo de billar esta en mis manos, coloca las suyas sobre las mías y me ayuda a posicionarlas.
—Así —susurra colocando bien mis dedos—. ¿Tienes calor? —lo miro entrecerrando los ojos.
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Suspiro de Alivio
Teen Fiction"No siempre quién sonríe es feliz. Existen lágrimas en el corazón que no llegan a los ojos." Jane Austen Esta historia es completamente mía, salió de mi mente, sean creativos y no copien por favor, no hagas lo que no te gustaría que te hagan. Portad...