Capítulo 47

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Entramos al hotel donde nos vamos a hospedar que queda al lado de donde se hizo la fiesta, ya que mañana se hace un banquete ahí con los mismos de hoy y por eso la mayoría se queda aquí, es más cómodo.

—Fue una linda noche —dice balanceando mi mano entrelazada con la suya.

—Sí, la pasamos lindo.

—Aunque fue un poco extraño reír tanto con Emilio, me había acostumbrado a los silencios incómodos.

—Quizás ya no debas tener esos silencios.

—Ojalá.

Esperamos a que el ascensor baje y se coloca frente a mí, pasando sus manos por mi pecho.

—¿Te dije que estás muy apuesto?

Sonrío de lado mientras la pego a mí.

—¿Yo te dije lo radiante que te ves?

Sonríe y asiente, estoy por besarla, pero la puerta del ascensor se abre y se aleja para entrar. Entro y se coloca en la otra punta de donde estoy yo.

—¿Y esta distancia?

—Es por protección.

—¿Protección?

—De tus calientes manos lejos de mi sediento cuerpo.

—¿Sediento?

—Sip.

—¿Y por qué te alejas?

—Porque estamos en un ascensor y el cuarto está al lado de donde se quedan los dueños de una empresa que no recuerdo el nombre, pero recuerdo que está asociada a la tuya.

—¿Y eso debería importarme?

—¡Claro que sí!

—No lo creo —digo acercándome, pero extiende su mano, alejándome.

—Shepard...

Tomo su mano y tiro de ella para que su cuerpo colisione con el mío.

—Bonita...

—Hay cámaras —dice sonriendo mientras se muerde el labio inferior.

Paso mi pulgar por sus labios, sintiendo cómo mi entrepierna comienza a doler.

—Pues que disfruten del show.

La beso con brusquedad, deseoso de estar con ella. Lleva sus manos a mi cabello y me sigue con más intensidad el beso. La pego al espejo del ascensor y deslizo mi mano hasta su pierna, como el vestido se abre siento su piel igual de caliente que la mía y es peor cuando la subo a la altura de mi cadera, buscado frotarme contra ella y calmar un poco el dolor.

La puerta del ascensor se abre y la alzo por la cintura para salir. Una vez frente a la puerta de nuestro cuarto, besa mi mandíbula mientras intento meter la estúpida tarjeta en la puerta.

—Esta mierda no entra.

Allison ríe y logro abrirla.

Una vez dentro, pero por muchas ansias que tenga y quiera follarla contra la pared con fuerza, tengo otro plan en mente.

La llevo directo al cuarto y comienzo a quitarle el vestido a la vez que me quita el traje y beso su lindo cuello.

No espero a que termine de desvestirme, una vez su vestido esta fuera la tomo y la acuesto en la cama conmigo a horcajadas suyo.

—¿Qué haces? —pregunta viéndome sacar algo de mi bolsillo trasero—. ¿Trajiste la corbata?

Tomo sus muñecas y las coloco juntas sobre su cabeza, con la corbata negra platinada las ato al cabecero de la cama.

Suspiro de AlivioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora