Suspiro de Alivio

Capítulo 29

5 de enero, 2021

Allison:

Sigo leyendo mis apuntes, pero el sonido de mi celular me distrae. Lo tomo y suspiro al ver quién es.

Shepard: Bonita, no te cierres, hablemos.

Lo bloqueo y sigo resaltando las partes claves de los párrafos. Pero vuelve a sonar.

Shepard: ¿Hasta cuándo vas a evitarme? No me gusta estar así contigo.

Shepard: Te extraño...

Yo también...

Pienso, pero no se lo digo.

Sí, desde que pasó que lo ignoro, no quiero hablar con él, no después de ver que pretende que le diga todo de mí.

A veces quiero...

Pero esa maldita voz en mi cabeza no me deja, no me lo permite y me hace retroceder. Como acabo de hacer, porque sé que retrocedimos y me volví a cerrar.

Habla con él.

¿Dónde estabas y por qué dejaste que la otra tome el control?

Sabes que es más fuerte que yo. Su existencia depende de ti.

No, no puedo controlarlo.

No lo intentaste.

¿Sabes? Piérdete, ya no me caes bien.

Mi celular vuelve a sonar, pero esta vez es una llamada. Suena Kill my time de 5sos. El tono de Dylan.

Observo la pantalla donde aparece una foto que le tomé mientras conducía, sonriendo y con su mano en mi pierna.

Tomo aire y antes que la llamada se corte, respondo.

—¿Bonita?

Joder, solo paso un día y medio y ya lo extraño.

—Hola —digo bajito y escucho que suspira.

—No pensé que ibas a responder.

—Pues ya ves que sí.

Hay un silencio donde ninguno de los dos dice nada, espero que él hable ya que fue el que me llamó.

—¿Podemos hablar?

—Eso hacemos —digo tratando de bromear, pero parece que no está de humor.

—Sabes que no me refería a eso.

—Yo...

—No digas que no —me interrumpe—, por favor, Allison, desde el domingo que no sé nada de ti. No... no me gusta estar así contigo, quiero que hablemos y lo solucionemos, quiero que estemos bien.

Sonrío y niego.

—Si me hubieses dejado terminar de hablar, sabrías que no iba a decir que no.

—¿No? —río un poco por la sorpresa en su voz.

—No, Shepard.

—Mierda, nunca creí que iba a extrañar tanto que alguien me llamara por mi apellido.

El cosquilleo ya típico en mi pecho vuelve y sonrío como idiota, no sé por qué lo evite todo este tiempo.

Por escuchar la otra voz.