Capítulo 48

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10 de junio, 2021

Allison:

La clase pasa lenta y aburrida, Bruno a mi lado está a punto de quedarse dormido.

No me gusta esta suplente, habla demasiado sosegado y con menos ganas de vivir que yo cuando terminé de leer Boulevard de Flor Salvador.

Alguien toca la puerta, el profesor Palmer me mira y me hace una seña para que me acerque, lo que hago aliviada de no tener que escuchar a esta profesora por un rato.

Palmer es el profesor del año pasado con el que tengo una fascinación por su cerebro, el que evalúa el proyecto.

—No sé qué pasó, pero gracias por sacarme de ahí —él ríe y comienza a caminar, yo lo sigo.

—¿No te agrada?

—Explica tan pausadamente que aburre.

—Tranquila, ya mañana vuelve la profesora normal.

—Mejor —digo suspirando aliviada—. Entonces ¿Qué pasó?

—Una persona quiere verte —dice para no volver a hablar.

Confusa lo sigo y cuando llegamos al patio de la Universidad, me doy cuenta de quién es.

—Señorita Stuart, nos volvemos a encontrar.

Dice el mismo hombre de traje con el que me encontré un par de veces.

—Buenos días —digo estrechando su mano.

—Sé que podríamos haberla llamado para decirle nuestra decisión, pero me parecía más adecuado dársela en persona.

—¿Ya tomaron una decisión? —pregunto asombrada.

—Así es.

—Pero aún no termino el proyecto, es decir, ya está listo solo faltan unos detalles, pero no está entregado formalmente —digo confusa.

—Lo sabemos, pero vimos suficiente para estar seguros de la decisión.

—Eh...

—Y necesitamos que ahora tú tomes una decisión.

—Yo no... aún no había... yo no... —me atoro con las palabras, nerviosa.

—Tranquila —dice riendo por mi reacción—. Tienes tiempo para pensarlo ya que sabemos que nos adelantamos en darte la noticia. Pero debemos saberlo antes que termine el mes.

—Claro, supongo que para ese entonces ya voy a saber qué hacer.

—Genial, entonces espero que nos volvamos a ver, señorita Stuart.

—Si le respondo sinceramente, no sé qué va a pasar.

Sonríe y asiente.

—Acuérdese que es una gran oportunidad.

—No me extorsione —ríe y levanta las manos en modo de rendición.

—Sólo dije la verdad y estoy seguro que lo sabe.

—Ya nos conocemos, tutéeme y dígame Allison.

—Entonces tú también tutéeme y dime Diego.

—Bueno, Diego, estamos hablando supongo.

—Eso espero, Allison.

Estrechamos las manos y lo veo irse mientras que en mi mente se genera una batalla campal sobre la decisión que debo tomar.

¿Qué se supone que debo hacer?

Sinceramente... no lo sé, quedé en blanco.

Pues somos dos.

Suspiro de AlivioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora