Capítulo 35

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3 de febrero, 2021

Allison:

—No quiero hablar, Shepard.

Sigue cruzado de brazos bloqueando la puerta de mi cuarto, sin dejarme salir ni quiere dejar el jodido tema.

—Pero tienes que hacerlo, no puedes pensar así —volteo los ojos.

—¿Se supone que debo hablarlo contigo?

—No, Allison, con quien quieras, pero mejor si es un psicólogo.

—No sirve de nada eso —frunce el ceño.

—Eso no es verdad.

—¿Crees que no fui a uno ya? —ahora sus cejas se elevan hacia arriba y vuelvo a voltear los ojos.

—Deja de voltearme los ojos.

—Entonces deja el tema.

—¿Ya fuiste al psicólogo?

—¿No acabo de decir eso?

—¿Puedes solo contestar mi pregunta? —dice ya frustrado.

—¿Puedes solo dejar el tema? —suspiro y doy media vuelta—. Sabía que no tendría que habértelo dicho —susurro a la vez que paso las manos por mi pelo.

—Claro que me lo tendrías que haber dicho.

—No, porque sabía que ibas a ponerte así —eso parece molestarlo.

—¿Así cómo? ¿Preocupado por ti? —se acerca a mi hasta que tengo que levantar la cabeza para verlo—. No pido que me lo cuentes a mí, Allison. Pido que me escuches una vez y te preocupes por tu salud mental.

—Estoy bien —digo ya molesta.

—Deja de mentirme.

—Deja de meterte en todo.

Al instante me arrepiento de haber dicho eso, mucho más cuando veo que esas palabras le dolieron un poco.

Suspiro y cierro los ojos a la vez que maldigo.

» No quise decir eso —doy un paso a él, pero da el mismo paso hacia atrás.

—Si lo quisiste decir —da media vuelta y toma sus cosas, lo sigo—. Si eso piensas, que me meto en todo, pues bien, piensa lo que quieras. Pero solo me preocupo porque te quiero y quiero verte bien.

—Shepard...

En la puerta me mira, molestia y dolor refleja su mirada.

—No, está bien, siempre está todo bien ¿No? —suspira y niega con la cabeza—. Nos vemos luego supongo, si quieres y no piensas que solo quiero meterme en cosas de tu vida.

Y con eso se va.

Mierda.

Ya la cagaste.

No quiero hablar de eso.

No me queda otra que esperar a que salga del trabajo para hablar. Ahora lo único que puedo hacer es meterme a la cama a seguir siendo masoquista y recordar lo que pasó ayer.


"—Ali, cariño, ponte el cinturón.

Sí, sí, ahora va, espera que te quiero mostrar algo sonriente me doy la vuelta a buscar el piano en el asiento trasero.

Pero de repente ya no estoy en el auto, miro a los lados, pero está todo oscuro.

Aparece una luz y veo a Hanna que me mira, sonrío y corro a ella, pero no logro alcanzarla.

Suspiro de AlivioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora