Capítulo 24

2K 174 45
                                    

17 de diciembre, 2020

Allison:

Cuando me despierto Dylan está encima de mí con su rostro en mi cuello. Sonrío y acaricio su cabello.

Mientras él duerme pienso en lo que sucedió anoche.

Fue intenso hermana.

Si. Fue asombroso.

Siempre pensé que exageraban cuando decían que se quedaban viendo las estrellas, pero hoy puedo confirmar que, si pasa, solo que tiene que ser con la persona indicada. Porque Dylan me hizo ver las estrellas, me sentía mejor que nunca.

Fue arrebatador, apasionado e inolvidable.

Pero más allá de eso, me sentí cómoda, la manera en la que me tocaba y veía, me hacía sentir única y hermosa, hace tanto nadie me hacía sentir así que incluso me dan ganas de llorar.

Él se remueve sobre mí y siento su sonrisa sobre mi piel, haciéndome sonreír a mí. Parecemos dos adolescentes.

—Buen día, bonita.

Joder, su voz de recién despierto es algo caliente de escuchar.

—Buen día, Shepard.

Se levanta un poco y ve el reloj de su mesita para volver a verme con una sonrisa arrogante.

—Dormimos bastante, quedamos agotados luego de todo lo que hicimos anoche —volteo mis ojos.

—No te pongas en modo arrogante, Shepard.

—Tengo derecho ¿O vas a decirme que lo de anoche no fue increíble? —dudo y hago una mueca como que fue más o menos y me mira indignado a lo que río.

—Mentira —digo rodeando su cuello con mis brazos—. Opino lo mismo.

Comienza a besar mi cuello, encendiendo mi cuerpo al instante. Le hago lugar entre mis piernas y se coloca en medio.

—Y si no lo haces, ahora sí lo vas a pensar.

Y sin previo aviso se adentra en mí de una estocada, haciéndome tirar mi cabeza hacia atrás y gemir con fuerza. Enredo mis piernas en sus caderas y cuando estoy por colocar mis manos en su espalda, me agarra las muñecas con una mano y las coloca juntas sobre mi cabeza, mientras me embiste con fuerza.

No se escucha nada más que el choque de nuestros cuerpos y nuestros gemidos, o bueno, más bien mis gritos.

Dylan me enloquece dentro y fuera de la cama, confirmado. Llevándome al cielo cuando ambos acabamos y una fuerte ola de éxtasis recorre nuestros cuerpos, vibrando junto a un arrollador orgasmo.

Nos quedamos unos minutos así, con la respiración agitada y nuestros corazones yendo peligrosamente rápidos.

—Estamos juntos.

—¿Qué?

Sale de mí y se apoya sobre sus codos para mirarme.

—Estamos juntos. Eres mi novia y yo tu novio, somos pareja.

Sonrío divertida.

—¿Por qué no suena a pregunta?

—Porque no lo fue, creo que con lo de anoche y ahora lo confirmamos. Así que hoy, somos oficialmente novios.

—Sigue sin sonar a pregunta... —eleva una ceja.

—¿Por qué quieres que lo pregunte? —me encojo de hombros y frunce el ceño—. ¿Me dirías que sí, cierto?

Dylan me hace bien, así que no dudo en responder.

—Claro que sí.

El miedo me invade al decir eso y él lo nota.

Suspiro de AlivioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora