Capítulo 30

1.6K 144 41
                                    

Corresponde el beso enseguida, sonriendo. Sobre sus labios digo lo que trato de trasmitirle con el beso.

—Me encantó, no sabes cuánto significa para mí lo que hiciste, aunque a ti no te haya parecido importante, para mí sí. Nadie se había interesado por eso, solo tú —beso su cuello y suspira—. Joder, solo haces que me enamore aún más de ti.

No recaigo en lo que digo, mi mente está perdida en ella. La levanto haciendo que enrede sus piernas en mis caderas y la llevo a la cama.

Me coloco entre sus piernas, sin dejar de besarla impetuosamente. Nos separamos para respirar y quitarnos la ropa. Cuando le quito el pantalón, me arrodillo viendo el conjunto de encaje que lleva puesto.

—Si... digamos que este era el otro regalo, pero... —da una risa nerviosa y su sonrojo se desplaza por su cuello y pecho— te adelantaste.

Es blanco, un sostén delicado que llega hasta la mitad de sus pechos, solo cubriendo sus pezones. Bajo mi vista a sus pequeñas bragas y jadeo al ver que tiene portaligas a la altura donde comienza su asombroso culo.

—Tu definitivamente quieres matarme —digo haciéndola reír—. El mejor cumpleaños del mundo.

Confirmado.

—Me alegra que te guste.

Vuelvo a besarla a la vez que acaricio cada zona de su cuerpo, incluida esa cicatriz que tiene en el costado que, aunque no sepa cómo se la hizo, sé que le duele contarlo. Así que mientras le quito su lindo encaje, me encargo de besar cada rincón de su cuerpo.

—Me encanta tu regalo... pero más me encantas cuando no llevas nada.

—Se supone que... yo sea la que... te complazca a ti —dice en medio de suaves gemidos y suspiros.

—Nos complacemos mutuamente, bonita. Pero hoy quiero saborear mi regalo.

Me detengo y la miro frunciendo el ceño.

» No es porque te considere un regalo o un objeto, nunca pensaría eso de una mujer, me refería a que...

No me deja terminar y riendo me atrae para besarme.

—Entendí, Shepard —me separo y la miro fijamente.

—Quiero concentrarme en ti, en besar y acariciar cada parte de tu cuerpo. Cada parte. Llegando a las partes más profundas —su mirada se vuelve más intensa—. Quiero dejar mi marca no solo en tu cuerpo, sino en tu alma, bonita. Pretendo que nunca me olvides, que sepas que por muchas personas que pasen por tu vida, ninguna va a ser como yo, ninguna te va a hacer sentir como yo lo hago.

No dice nada, solo asiente para besarme con ganas.

Desciendo con mis besos por su cuerpo, siento como tiembla un poco cuando paso el pulgar por la cicatriz y paso mis labios por ahí, beso la mariposa que cubre la cicatriz y la frase en latín. No me concentro en sus lindos y firmes pechos, ya que quiero llegar a otro lado.

Sigo bajando hasta el borde de sus bragas, aunque una parte de mi quiere arrancárselas y penetrarla con fuerza, ahora solo quiero darle la atención y placer que merece, y deseo darle.

Se las bajo lentamente y cuando queda completamente desnuda a mi merced, esta vez no se inhibe y me deja observarla con detalle, cada parte de ella. Pudiendo conocer por fin más de cerca cada uno de sus tatuajes ocultos.

Aunque ya nos hayamos acostado más veces de las que puedo contar, siempre había sido un poco insegura a la hora de dejarse ver por completo y siempre lo respete, di su tiempo y espacio. Nunca me gusto que una mujer se sienta insegura en momentos así. Principalmente Allison, que es insegura por heridas del pasado que hasta el día de hoy le duelen.

Suspiro de AlivioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora