Suspiro de Alivio

Capítulo 49

Allison:

—¿Qué? —pregunto pasmada.

—Tyler me dijo que quiso besarte y...

—Quiso —lo interrumpo—. Lo intentó, pero me eché para atrás —me mira confuso y esto empieza a dolerme.

—Pero él dijo "lo del beso".

—Seguramente dijo eso porque ambos sabíamos que no iba a molestarte que tenga sentimientos encontrados hacia mí, sino que haya... que haya intentado besarme —frunzo el ceño—. ¿Pensaste que nos habíamos besado?

—Es Tyler, ninguna chica rechaza un beso de Tyler.

Jadeo con sorpresa.

—Soy tu novia, Dylan —digo realmente asombrada porque haya pensado eso—. ¿De verdad creíste que le correspondí el beso?

Parece desconcertado y rasca su mandíbula desviando la mirada.

—Yo... pensé que...

—Déjalo.

Me doy media vuelta, pero toma mi brazo con cuidado y vuelve a girarme.

—No puedes enojarte.

El que haya dicho eso, no fue buena idea.

—¡¿Que no puedo enojarme?! ¡¿En serio?! ¡Pensaste que besé a Tyler!

—¡¿Cómo no quieres que piense eso si estuviste días sin decírmelo y estabas tan distraída?!

—¡Pero eran por otras cosas y lo sabías! ¡Se supone que confías en mí!

—¡Eso hago!

—¡Creíste que me besé con tu jodido mejor amigo, Dylan! ¡Estuve una semana completa queriendo ganarme tu perdón por algo que no hice!

—¡¿Y no habérmelo dicho?! ¡¿Te olvidas de esa parte?!

—¡Te pedí disculpas ochenta veces e intenté arreglarla!

Va a seguir elevando el tono, pero cierra los ojos y la boca para inhalar profundamente. Cuando lo abre se ve más tranquilo, pero precavido.

—Entonces ya está, te perdoné, ya pasó, estamos bien —intenta acercarse, pero me alejo.

—No, nada de bien —digo con un nudo en la garganta.

Llego al otro cuarto, pero no llego a entrar que vuelve a darme la vuelta.

—¿Cómo qué no?

—Creíste que había besado a Tyler estando contigo, viviendo contigo y luego de todo lo que pasamos, de verdad lo creíste.

Frunce el ceño.

—Él me dijo...

—¡Él te dijo que quiso hacerlo, no que hubo beso! ¡Tú creíste eso! ¡Tú me viste capaz de hacer eso! ¡Inclusive si te dice que hubo beso! ¡¿No dudarías?! —no responde y jadeo con sorpresa dando un paso hacia atrás—. No dudarías.

—¡¿Cómo quieres que dude si siempre estaban cerca y mirándose?!

—¡Éramos amigos!

—¡¿Y por qué no me lo dijiste en el momento?!

—¡Porque él me lo pidió y luego lo olvidé, así de importante fue como para que me haya olvidado!

—Ponte en mi lugar —dice tratando de mantener la calma y solucionar las cosas—. Si hubiese pasado lo mismo, pero con Daniela y conmigo ¿Qué pensarías?

No me lo creo, de verdad.

—Primero —digo furiosa—. Sí, me hubiese molestado que te hayas olvidado de decírmelo, pero luego de hablarlo y me pidas disculpas hubiese estado bien. Porque sé que no era que no me lo querías decir, sino que de verdad te olvidaste.