Capítulo 31

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Allison:

Apenas escucho mi nombre, reconozco la voz. Mi cuerpo entero se tensa y quedo mirando fijamente a Daniela que también me mira fijo, ambas casi con miedo de que nuestras mentes nos estén engañando y esa persona no esté ahí verdaderamente.

Nos volteamos lentamente a la voz hacia un lado, y si, está ahí.

La razón de mis inseguridades está ahí, parado como si nada, viéndome fijamente. Con su pelo negro corto y esos ojos cafés por los que un día estuve hechizada, está más musculoso que antes, pero nunca deja de usar su campera de cuero negra.

—Daemon...

Todo está en silencio, solo se escucha el ruido del bar. Apenas menciono el nombre noto como Dylan se tensa y veo que Tyler y Pat también para verlo sorprendidos.

—Ha pasado tiempo.

Su voz está más gruesa que antes, pero esa mirada nunca cambia.

—¿Puedo saber qué quieres?

—Te dije que quería que hablemos.

—Si... —comienza Bruno poniéndose de pie juntos a Thomas y eso enciende mis alarmas, comienzo a levantarme—. Eso no va a pasar.

—¿Acaso te estaba preguntando a ti?

—No, ni nos importa —sigue Thomas—. No vamos a dejar que un violento como tú hable a solas con Allison.

—No hay chances.

—Que lastima que ustedes no deciden por ella ¿No?

Los tres me miran, yo ya estoy de pie.

—¿Qué quieres Daemon?

—A ti.

—Bien... —dice Dylan levantándose y riendo irónicamente—. Eso no va a pasar —su mano está en mi cintura y Daemon fija la mirada ahí.

—No me digas que tienes novio.

—Si —respondo firme y segura— y estoy muy feliz con él, que es todo lo contrario a ti.

No responde, pero sé que eso lo molestó. Dylan sonríe sobre mi pelo y deja un beso ahí.

—Solo quiero que hablemos. Como te estuve pidiendo hace días.

Automáticamente los demás me miran confusos.

—Bueno, si ignoro tus mensajes y llamadas ¿Qué te hace pensar que voy a escucharte solo porque estés aquí?

—¿Era lo que me ibas a decir? —me susurra Dylan y asiento.

—Allison, solo quiero hablar, nada más. Son solo 5 minutos.

Lo miro y suspirando asiento.

—Está bien.

—¿Qué? —salta Tyler.

—Es broma ¿No? —ahora Patrick, ambos saben lo de Daemon.

—Bonita —miro a Dylan—, confío en ti, pero no en él. No me gusta la idea de que hablen a solas. Menos con todo lo que paso.

Le sonrío de manera tranquilizadora.

—A mí tampoco me gusta —miro a Daemon—. Vamos a hablar ahí —señalo un lugar del bar junto a unas mesas vacías, cerca como para que vean lo que sucede, pero lo suficientemente lejos para que no escuchen.

—Bien, donde quieras.

Él comienza a alejarse y miro a los demás que siguen molestos por su presencia y la idea de yo hablando con él.

Suspiro de AlivioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora