23 de noviembre, 2020
No quiero entrar.
Simplemente no quiero entrar.
Sé lo que me espera detrás de la puerta.
Y no lo quiero.
Ni siquiera sé quiénes están.
Ya veo que hay gente que me cae mal.
Solo entra y termina con esto.
Suspiro y abro la puerta de mi casa.
—¡Sorpresa!
Veo con aburrimiento a todos los que están en mi sala, que está toda decorada. Doy media vuelta y cierro la puerta detrás de mí.
Comienzo a caminar rápido pero cuando saco las llaves de Cora para huir me levantan desde atrás.
—¡Noooo! ¡No me tortures! —escucho a Cameron reír—. ¡Por favor, a la sala de tortura no!
—Dramática.
Me deja en la puerta y él está detrás mío, impidiendo mi huida. Pasa los brazos por los costados de mi cara y con sus dedos alza las comisuras de mis labios, haciendo una fingida sonrisa.
Los demás ríen y comienzan a acercarse, doy un paso atrás, pero Camero me empuja hacia adelante.
Solo abrazo a los cercanos, los demás –compañeros de clase y trabajo– solo me saludan y les agradezco.
Cuando veo a la abuela si sonrío de verdad y acepto contenta su abrazo.
—¡Buon compleanno, tesoro mio!
—Grazie, nonna
Besa mi mejilla y me mira.
—Mereces toda la felicidad del mundo, mi niña. Te amo.
—Yo también te amo.
Abrazo a los padres de Dani que son como padres para mí Luego al padre de Bruno y a la madre de Thomas. Son como familia, incluso hablé con Elisa –la hermana de Bruno– hoy temprano.
Tyler y Patrick me abrazan efusivamente haciendo que ría. Luego Thomas, cuando Bruno se acerca lo abrazo con fuerzas, admito que con todo esto de Dani las cosas se pusieron raras y distantes.
Lo extrañé y cuando me devuelve la fuerza sé que también me extraño. Besa mi mejilla para luego besar mi frente y vuelve a abrazarme haciendo que apoye mi mejilla en su pecho.
—Te extrañé.
—Y yo a ti.
—Lo siento.
—No tienes que disculparte conmigo, no me hiciste nada mí.
—Te amo como a una hermana.
—Y yo a ti como mi amante, pero está bien que no sea mutuo.
Él se carcajea y vuelve a besar mi frente.
—Así que 23 años —dice Dylan acercándose, cosa que ya hace que me ponga nerviosa.
—Si, ya comienzo a sentir dolor en el ciático.
Ríe y con su mano a en mi cintura me atrae hacia él, haciendo que tenga que levantar mi cabeza para mirarlo, me mira y sonríe ampliamente.
Acerca su boca a mi oído y susurra.
—Feliz cumpleaños, bonita. Te deseo lo mejor —dice acentuando el deseo, haciendo mi piel erizar al instante—. Y no sabes lo bien que te quedan esos pantalones.
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Suspiro de Alivio
Teen Fiction"No siempre quién sonríe es feliz. Existen lágrimas en el corazón que no llegan a los ojos." Jane Austen Esta historia es completamente mía, salió de mi mente, sean creativos y no copien por favor, no hagas lo que no te gustaría que te hagan. Portad...