Dylan:
—¡Pero si son las mujeres más hermosas del mundo! —digo besando las mejillas de mis dos hermanas y mi madre.
—Que la tía no te escuche decir eso —dice Rosie, mi hermana menor.
—Te tiraría de la oreja —le sigue Elisa, mi hermana mayor.
—Odio que haga eso —digo recordando cuando lo hace.
—A nadie le gusta, cariño —sigue mamá.
Voy a la sala y me encuentro con mi abuela Julia.
—Hola, abuela —beso sonoramente su mejilla.
—Hola, cielo —dice con su dulce sonrisa.
Admito que somos una familia unida, cercanos y cariñosos. Me gusta, siempre fue así y dudo que alguna vez deje de serlo.
Voy directo a la cocina donde sé que mi padre debe estar cocinando, hace una comida genial, tiene recetas espectaculares, que por suerte me enseño. Todo lo que se de cocina es gracias él, mamá nunca fue buena en la cocina.
—Hola, papá, ¿Qué cuentas?
—Cocinando lasaña, tenía planeada otra comida, pero tus hermanas me convencieron.
—Qué raro ellas dos doblegándote a ti.
Él ríe, porque sabe que es cierto, ellas siempre lo logran convencer.
Durante el almuerzo admito que no estoy muy participativo en la conversación ya que a mi mente la ocupa una chica en especial.
No entiendo por qué es tan cerrada sobre su familia. Tampoco es que le estoy preguntando el número de la cuenta bancaria del padre, solo saber un poco de su relación.
Quizás hay algo más.
¿Pero qué puede llegar a ser como para que se cierre así?
Ah, pos no sé.
Mi mente se distrae con eso, o lo hace hasta que alguien me da un codazo en las costillas.
—Mierda, eso dolió —me quejo mientras paso mi mano por la zona afectada.
—Lo siento —dice entre risas Eli—. No medí la fuerza. Solo pretendía llamar tu atención.
—Bueno, ya la tienes —digo mirándola, la comida ya terminó, solo esperamos un rato para el postre.
—¿Qué te sucede? —me pregunta ahora Rosie.
—¿Por qué? —digo confuso.
—Porque estas en una nube, no aquí —me responde mi abuela.
Mis padres están en la cocina, estamos los cuatro y ellas tres me miran como si estuviese en un interrogatorio.
—Solo pienso.
—¿En qué? —pregunta Elisa.
—O mejor dicho ¿En quién? —miro a Rosie que sonríe divertida.
—¿Por qué crees que es en alguien y no sobre trabajo? —ella voltea los ojos como si fuese obvio.
El que voltee los ojos solo hace que cierta personita culpable de mi distracción vuelva a mi mente.
Sal de mi mente Allison.
Imposible.
—Porque te conocemos —sigue Julia.
Dudo en contestar, tampoco es que tenga escapatoria, ya me sacaron la ficha, mentir no va a servir y en algún momento les iba a contar de todos modos; así que solo asiento y digo la verdad.
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Suspiro de Alivio
Teen Fiction"No siempre quién sonríe es feliz. Existen lágrimas en el corazón que no llegan a los ojos." Jane Austen Esta historia es completamente mía, salió de mi mente, sean creativos y no copien por favor, no hagas lo que no te gustaría que te hagan. Portad...