Manuel Young
No sabía qué clase de castigo era este, pero ya había aprendido la lección.
La necesitaba y la extrañaba más de lo que pude haber creído. Habían pasado exactamente tres semanas desde la última vez que vi a Karla. En todo este tiempo no pude contactarla, lo único que sabía, luego de investigar un poco, era que se había ido a pasar unas semanas fuera de la ciudad y que seguramente volvería. Lo supe por Aarón.
No hubo día en que no pensará en ella, ni siquiera hubo una hora. Eran las peores vacaciones de mi vida, mi ánimo estaba por el suelo, la pensaba demasiado y me preguntaba si ella también pensaba en mí o si simplemente lo había dejado todo en el cajón del olvido. Me preguntaba si aún después de tres semanas sin saber nada del otro aún me quería.
Me pregunté si aún lloraba, o si se divertía; esperaba que fuese la segunda opción, porque verla triste, aunque fuese por mí, nunca sería una satisfacción.
Sentía que la había perdido, que ya no tenía ninguna oportunidad, mas rogaba estar equivocado.
Fijé mi mirada en la pantalla de mi celular, tenía muchas imágenes de Karla y admiré u a donde llevaba puesta la pijama de unicornio.
Era demasiado hermosa, la perfección en mujer. Me hacía falta tenerla cerca, admirar sus pecas y preguntarme mentalmente: "¿qué sucede con ella?" Cada vez que una de sus loqueras tomaba lugar en su cabeza.
Era una chica muy peculiar, una de esas que si se iba, sabías que la extrañarías toda tu vida.
Estefan asomó su cabeza para ver qué tanto admiraba en mi celular.
—Eres masoquista —murmuró y volvió a fijar su atención en su celular.
Mi mejor amigo estaba tirado en la cama, junto a mí, haciéndome compañía en mi tristeza, a su manera.
—La extraño.
—Se nota.
—Es muy bonita... —murmuré y busqué las imágenes que tenía de Karla bebé.
Demasiado preciosa.
—¿Eso es obvio, no? —preguntó sin quitar la mirada de su celular. Llamé su atención para que viera a Karla bebé y soltó algunas risitas—. ¿Por qué Karla en las imágenes parece una chica tranquila y calmada? —se preguntó y me encogí de hombros.
—No lo sé, pero... ¿Cuándo crees que vuelva? —pregunté.
Necesitaba verla, intentar hablar con ella.
—Según Dafne, vuelven hoy para poder asistir a la fiesta de compromiso de Alexander —explicó.
Solo faltaban dos días para el grandioso acontecimiento.
—¿Cuándo hablaste con ella? —pregunté.
—Esta mañana... —sonó obvio—. Me escribió para asegurarse de que iríamos al compromiso; a veces hablo con Dafne por mensajes, es más tratable por chat —rascó su nuca un poco incómodo—, pensándolo bien... Ella trata conmigo, solo te odia a ti.
Rodé los ojos.
Yo lo único que afirmaba era que su cabeza no funcionaba del todo bien.—¿Crees que deba ir a casa de Karla de nuevo? —pregunté mirando al techo—. Me refiero a cuando vuelva.
—No lo creo, espera a que sea el día de la fiesta y aprovechas la ocasión —aconsejó—, y si Karla se niega a hablar contigo, entonces solo te queda una opción, que podría funcionar si lo haces bien.
ESTÁS LEYENDO
Igualitaria Intención
RomansaTodo inició con un beso robado y con la necesidad de venganza que nació después de ese acto. Manu y Karla tienen pocas cosas en común, ella es espontánea y él suele mantener todo en orden y calculado, no son más que polos opuestos con gustos y pers...