Manuel Young
Vivimos en un mundo donde cosas injustas decoran la historia de gente buena. Sin embargo, aún en la más densa oscuridad, ellas son su propia luz y la chispa que las enciende es su fortaleza.
Las fiestas organizadas por los estudiantes de química solían ser peligrosas, mejor dicho, todo lo que tuviera que ver con los estudiantes de química era peligroso pero jodidamente genial. Reggaetón del viejo sonaba fuerte y emocionaba a todos. Eran un montón de cuerpos bailando a mi alrededor mientras los reflectores de colores caían sobre nosotros, entre ellos estaban mis amigos y algunas chicas que conocíamos de algunas clases.
- ¡¡Que viva la soltería!! - Gritó Estefan levantando la cerveza que traía en su mano y se la terminó de un solo tiro. Pasó uno de sus brazos por mis hombros y dió fuertes palmadas en él - Estoy feliz de que hayas terminado con ella.
- ¡Vamos!. ¡Vamos!. ¡Vamos! - Gritaba An empinándole una botella de Whisky a Alexander el cual empezó a tomar del liquido como si se trata de agua, cerró sus ojos con fuerza y cuando la hubo terminando hizo la botella a un lado. Otra característica, Alexander tomaba alcohol como si fuera agua pero jamás se emborrachaba, él decía que era una condición genética. Eso era genial y a la vez triste.
An soltó una risotada y empezó a bailar con Alexander. Era una chica guapísima, cabello negro liso y largo, delgada y con facciones marcadas y delicadas, era una de esas chicas que parecían sacadas de Instagram, lástima que era una Fuckgirl, aunque era mejor amiga de Alexander, no se podía esperar menos.
Alexander le susurró algo al oído y An me miró con atención antes de caminar hacia mí bailando sensualmente. Mierda, Alexander era cruel.
- Vi a tu ex por allí... - Informó juguetona cuando se hubo acercado, susurró esas palabras en mi oído y señaló con la mirada a unos metros de nosotros. Y sí, allí estaba Angelina, cerca de la cocina de esta enorme casa, su cuerpo reposaba sobre la pared y a su lado permanecía Edmund hablando con unos tipos - A veces te mira. Vamos a darle un espectáculo. ¿Te animas o te da miedo?.
Me lo pensé un rato, no quería liarme con An, no me liaba con amigas.
- Eres un pervertido, Manuel - Agregó y la miré extraño - Vamos a bailar, no quiero besarte, tengo prohibido besar a amigos de Alexander así como él tiene prohibido liarse con mis amigas. Aunque sé que se ha liado con varias... - Eso último lo grito en tono acusador para que Alexander la oyera.
- ¡Yo sería incapaz de hacer algo como eso! - Se defendió Alexander sin dejar de bailar. Todos sabíamos que sí era capaz.
Me encogí de hombros y acepté la propuesta de bailar con An. Fue una mala idea, esta chica era demasiado sexy, bonita y caliente. Pasó sus manos por mi pecho al mismo tiempo en que acercaba su cuerpo al mío meneando sus caderas de un lado a otro al ritmo del reggaetón que sonaba. Le seguí el ritmo y sus movimientos. Colocó una mano con firmeza en mi nuca y me hizo inclinar hacia ella mientras arqueaba su cuerpo hacia atrás.
Coloqué las manos en sus caderas y justo en ese momento se giró a bailar contra mi cuerpo. Estefan y Alexander nos animaban a seguir entre gritos. Estaba sintiendo la intensa mirada de Angelina sobre mí. Nunca le agradó An, pero él problema nunca fue An, siempre fue ella, porque el que las hace, se las imagina.
Hice girar a An para que me mirara y me retó con la mirada. Estaba lo suficientemente cabreado con Angelina como para ceder. Enredé mis dedos en su cabello y la besé, no fue un beso suave, fue ardiente, fuerte y vacío, se sentía extraño besarla. An lo siguió completamente, para que Angelina lo viera. Rodeó mi cuello con sus brazos encargándose de profundizar el beso. Joder, tenía que parar esto antes de ponerme caliente.
ESTÁS LEYENDO
Igualitaria Intención
Lãng mạnTodo inició con un beso robado y con la necesidad de venganza que nació después de ese acto. Manu y Karla tienen pocas cosas en común, ella es espontánea y él suele mantener todo en orden y calculado, no son más que polos opuestos con gustos y pers...