23. ¿Juego de sentimientos?

499 81 57
                                    

Karla McCall

31 de marzo – Halloween

Echamos el último vistazo a nuestros disfraces.

Amaba con todo mi corazón el resultado mas Dafne detallaba nuestra vestimenta no muy convencida.

Ella no quería entender que nos veíamos preciosas y que nuestros disfraces, comparados con los que usarían otras chicas, eran inocentes y cubiertos.

Nuestro disfraz estaba basado en la película: The purger. La idea nació en la mente de Estefan, Dafne lo apoyó porque se trataba de una de sus película favorita, luego me convencieron a mí y juntos convencimos a Manuel quien quería ir a la fiesta sin disfraz.

¿Lo ven? Era un aburrido, pero logramos convencerlo. Bueno... En realidad tuvimos que llegar a un acuerdo.

Fue divertido robarle camisas blancas a nuestros padres para luego hacerles cortes y terminar de arruinarlas con salsa de tomate para simular sangre. Las camisas eran solo un plus, lo genial era la vestimenta que la acompañaba.

Un fino body de encaje, blanco y de tirantes se ajustaba perfectamente a nuestro torso dejando a la vista parte de nuestro pecho y hombros. El color blanco del Body hacía contraste con el color negro del ajustado y corto short que optamos por usar, y que  acompañamos con medias negras de malla que rompimos en algunos sitios para simular heridas haciendo uso del maquillaje.

Mi parte favorita eran mis botas negras y también eran la parte favorita de Dafne. 

– No me gusta el aspecto que le da a mis pechos... – Murmuró detallando de cerca su body.

– No digas eso... – La regañé alejándola del espejo– Son perfectos.

– No lo sé... – Masculló dudosa.

– Oye... ¡De las dos tú eres la que sube el autoestima así que no digas que tus pechos no se ven bien! – Continúe y Dafne se rio entre dientes.

– No, no digo que se vean mal – Explicó – El problema no soy yo, es el Body, creí que cubriría más.

– En Halloween se vale todo – La animé levantando mis brazos.

Escuché las bocinas de un auto y supe por instinto que Eloy y Estefan habían llegado.

Dafne metió su laptop y nuestros celulares dentro de un pequeño bolso negro y lo guindó en su espalda. Tomó dos bates de béisbol que reposaban sobre la cama y me lanzó el bate que tenía mi nombre enmarcado.

Lo agarré en el aire y lo hice girar.

– ¿Lista? – Pregunté con una sonrisita maliciosa.

– Siempre... – Respondió y juntas salimos de mi habitación.

Al bajar las escaleras nos encontramos con una locura de panorama. James y Jade estaban peleándose en los sillones por el mando del Play mientras Maximiliano y mi padre hablaban tranquilamente en la entrada de la cocina y ambos lucían sus uniformes de alguaciles a la perfección, hoy tenían turno de noche.

Nuestros padres se encargaron de darnos un repertorio acerca de nuestro cuidado en ese tipo de fiestas que podían llegar a ser peligrosas. Dijeron que nos teníamos que cuidar la una a la otra y que... Blah, blah, blah. Cosas que ya sabíamos. Luego, Dafne pidió permiso para quedarnos a dormir en el apartamento de Anthony y milagrosamente nos dieron permiso solo porque la zona últimamente andaba muy peligrosa en horas de la madrugada y ellos temían por nosotras.

Como buenas entrometidas le preguntamos a nuestros padres qué cosas estaban sucediendo y simplemente se negaron a contarnos porque... Éramos unas entrometidas y podríamos terminar correteando ladrones y buscando criminales, más Dafne.

Igualitaria Intención Donde viven las historias. Descúbrelo ahora