Karla McCall
3 semanas después.
Muchas cosas pasaban en un día y en tres semanas pasó hasta lo inimaginable. Lyssa oficialmente había iniciado una relación con John, todo el mundo se lo esperaba, no era algo que impresionara, lo que impresionó fue que justo el mismo día en que Lyssa nos dijo que se había liado con John, como si fuera poco, Alexander también presentó a Alexandra como su novia.
Alexandra consiguió lo que quería, era increíble, pero sin duda lo logró y en poco tiempo. Lo que ella no sabía es que nada que empezaba de esa forma podía terminar bien. No era un secreto para nadie que Alexander no la quería. Él la trataba bien, lo intentaba y hasta ahora la había respetado, pero todos lo sabíamos, su corazón no estaba con ella, siempre estaría con Lyssa.
En cuanto a Lyssa, no sé a quién rayos quería engañar. Ly quería a John, pero no lo suficiente, no como él lo merecía, no de la misma forma en que él la quería a ella, y eso me hacía cabrear porque era injusto. Alexandra debía amarse más, John merecía más, Alexander tenía que aceptar sus sentimientos y Lyssa igual, ambos se ponían celosos, no eran tan evidentes, pero a Dafne y a mí nada se nos escapaba.
Si hablábamos de Emmanuel, con él todo era extraño, no se acercó más, aún estudiaba en la Universidad, pero ya casi no se le veía e incluso había abandonado el equipo dejándolo sin capitán. Y sí, había empezado a ir a terapia. Tal vez Lyssa sí hizo lo correcto, no lo sé, pero lo sabríamos algún día. Con ese tema decidimos simplemente pasar la página y apoyar a Lyssa con el fin de ayudarla a mejorar y hacerla sentir bien, porque era nuestra amiga y porque ella siempre era buena con todos, incluso con Alexander, a veces, cuando él no la hacía enojar.
Di un trago a mi batido de mora antes de dejarlo sobre la mesa y fijé mi mirada en Manuel quien se acercaba. Mierda.
Fue sencillo reconocerlo incluso a la distancia. El enojo que traía se reflejaba en su rostro y en la forma en que avanzaba a toda prisa en nuestra dirección. Al parecer no se había tomado bien lo que le había enviado esta mañana por mensaje. Esquivó a algunas personas que se cruzaron en su camino sin quitar su furiosa mirada de la mía.
Permanecía sentada junto con los chicos en una mesa de madera, esas que estaban regadas por el campus, en las zonas verdes, debajo de árboles que brindaban la suficiente sombra.
Sabía que Manuel vendría y lo estaba esperando en silencio, pero con ansias.
Evité reír al tenerlo al frente.
– ¡¡Quítale ese nombre!! – Me ordenó dando un fuerte golpe a la mesa al llegar.
Los chicos levantaron su mirada y ni siquiera se interesaron en preguntar por lo que sucedía. Nuestras discusiones se habían vuelto tan comunes que ya hasta les parecían normales. Raro sería no vernos discutir.
– Uy... No, Eloy – Expresé con desaprobación deslizando mi mirada por su cuerpo – Que maleducado eres, se dice "Buenos días" – dije apoyando mis codos sobre la mesa.
– Por favor eviten mover la mesa – Rogó Alana en un susurro, amable – Estoy intentando terminar un trabajo que debo entregar en menos de una hora.
Manuel quitó la mano de la mesa y dejé caer mi cabeza sobre el hombro de Dafne quien estaba evitando no reír. Claro que ella me había apoyado en mi grandiosa idea.
– ¡¡Quítale ese nombre a tu perro, Karla!! – Volvió a gritar.
Agarré nuevamente mi batido, le di algunos tragos e hice como si no lo hubiese escuchado. Era un pelín exagerado.
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Igualitaria Intención
RomantizmTodo inició con un beso robado y con la necesidad de venganza que nació después de ese acto. Manu y Karla tienen pocas cosas en común, ella es espontánea y él suele mantener todo en orden y calculado, no son más que polos opuestos con gustos y pers...