Cuando Reginald dejó de hacerme preguntas decidí irme a mi casa.
Era bastante tarde y mis padre estarían preocupados, demasiados sustos les había dado estos últimos días.
Antes de irme me despedí de Cinco dándole un abrazo y de Klaus agarrándole la mano y prometiéndole que volvería.Mientras que me iba a mi casa me acordé de que mañana había quedado con Cinco a las 17:15 en el parque; cosa que me hizo sonreír.
Cuando llegué a casa, mi madre me estaba preparando una hamburguesa con patatas.
- ¡Hola, hija! ¿Qué tal? -me preguntó cuando me escuchó llegar.
- Hola, mamá. Estoy bien.
- Te he preparado una hamburguesa. -me dijo mientras se giraba.
- Gracias, mamá.
Comí rápido para subir a dormir. Pensé que cuanto antes me durmiera, más rápido pasaría el tiempo, así no faltaría tanto para ver a Cinco.Mi madre entró a mi cuarto y me dijo:
-Buenas noches, hija. Que tengas dulces sueños .
-Buenas noches mamá. -añadí con una voz dulce y agradable.
Cuando mi madre se fue, me acosté y me quedé dormida enseguida.Soñé que mi padre estaba deprimido y se drogaba y un día, cuando desperté, ya no estaba.
La verdad, recuerdo que no me dio ninguna pena que mi padre no estuviera, ya que nunca me había tratado como una hija.
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Juntos en el apocalipsis (Terminada)
Random- Mami, ¿cómo conociste a papi? - ¡Sí, sí cuéntanos! - Está bien, sentaos en el sofá y os lo contaré todo. Yo era una chica de 13 años que vivía con sus padres en una humilde casa en una ciudad. Pero un día como otro, mis padres estaban peleando en...