-Bueno T/n, ¿y bien? Tú decides. -Me dijo Reginald.
- ¡Por supuesto! Definitivamente me uno a la Umbrella Academy. -dije segura de mi decisión.
-Bueno, definitivamente aún no, porque como voy a adoptarte, tu tutor legal tiene que firmar unos papeles y en este caso tu tutor legal es tu padre.
En ese momento pensé cómo narices iba a hacer yo que mi padre firmara esos papeles para que me adoptaran después de todo lo que le había dicho. No sabía qué hacer.
-Pues estoy teniendo algunos problemas con mi padre ahora mismo. Pero tranquilo, ya me encargo yo. -dije cogiendo los papeles que me tendía Reginald.
-Vale te dejaré que te encargues de esto pero antes de esta noche esos papeles tienen que estar firmados, si no, no podrás quedarte aquí. - dijo Reginald.
-Sí, señor Hargreeves. No le quepa ninguna duda. Traeré los papeles esta noche. -dije queriendo aparentar tranquilidad pero en el fondo no sabía qué hacer.
Salí del salón y fui a arriba a buscar a Cinco, un poco perdida porque aún no conocía del todo la academia.
-¿Cinco? ¡Cinco! ¡Mira, mira! -exclamé emocionada.
- ¿Qué pasa, T/n?
-Tu padre me ha dicho que me va a adoptar y voy a ser una miembro de la Umbrella Academy.
- ¡Eso es genial!
- ¡Sí! Aunque... hay varios inconvenientes. Si tu padre me adopta seré como tu hermana. ¿No es un poco raro?
-Sí, tienes razón. Pero bueno, al fin y al cabo nadie se va a enterar. Si nadie lo sabe, no será nada raro.
- Ya, bueno. Pero es que eso no es el único inconveniente. Se supone que para que Reginald pueda adoptarme, mi padre tiene que firmar esto y no creo que vaya a hacerme caso después de todo lo que le he dicho. -dije enseñándole los papeles de la adopción.
- ¿Y como coño lo vamos a hacer? ¡Ya sé! Tengo una idea. Le diremos a Allison que... -dijo Cinco.
- ¡No! ¡No! ¡No! Es que mira, yo acabo de llegar y se podría decir que Allison y yo no es que seamos muy buenas amigas... -dije intuyendo lo que mi novio iba a decir.
- Es que, T/n, si te quieres venir a vivir aquí no hay otra opción que usar su poder.
- Bueno vale, pero ahora hay que convencerla a ella y eso va a ser un poco más complicado. ¿Podrías hablar tú con ella por mí? -Dije con un tono muy cariñoso y una sonrisita.
- ¿Con esa vocecita? Claro que sí. Se lo diré, no te preocupes.
- ¡Gracias! Eres el mejor.
Después de decirle eso, Cinco me besó rápidamente.
- ¿¡T/n y Cinco Juntos!? -Exclamó Klaus mientras salía de debajo de la cama de Cinco.
- ¡Pero Klaus! ¿Qué demonios haces debajo de mi cama espiando? -dijo Cinco.
- A la mierda lo de que nadie se va a enterar. -dije.
-Bueno, bueno, ¡así que mi hermanito y T/n salen juntos! No me lo puedo creer. Creo que voy a echarme otra copa. ¿Os apuntáis? -Dijo Klaus mientras que salía por la puerta.
Yo salí de la habitación y grité:
-¡Klaus!
Acto seguido, Klaus se dio la vuelta, me acerqué a él, lo agarré de la camiseta y con tono de enfado le dije:
-Como digas algo de esto te vas a enterar. Lo que acabas de ver no sale de aquí, ¿entendido?
-Vale, vale. -dijo Klaus.
Me di la vuelta para entrar a la habitación de Cinco, pero Klaus me llamó:
- T/n, ven. Acompáñame, vamos a por una copa.
- Preferiría que hablemos sin beber nada, la verdad.
- Como quieras, pero acompáñame. Quiero saber más sobre ti.
Andamos por un extenso pasillo y llegamos al final, donde solo había una pared que bloqueaba el paso.
-¿Klaus? -dije confundida.
Él me agarró del brazo para echarme a un lado y abrió una trampilla de la que salió una escalera.
- Sube. -me dijo
Le hice caso y cuando llegamos vi una buhardilla decorada con luces y pósteres. También había un sofá y una mesa llena de botellas de Vodka y Whisky.
- Este es el único sitio donde puedo librarme de mis hermanos y de mi padre. -dijo Klaus un poco triste.
- ¡Me encanta! Klaus, ¿sabe alguien que esta buhardilla existe?
- No. Por ahora tú y yo somos los únicos. - me dijo sonriendo.
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Juntos en el apocalipsis (Terminada)
Random- Mami, ¿cómo conociste a papi? - ¡Sí, sí cuéntanos! - Está bien, sentaos en el sofá y os lo contaré todo. Yo era una chica de 13 años que vivía con sus padres en una humilde casa en una ciudad. Pero un día como otro, mis padres estaban peleando en...