Capítulo 60: Juntos en el apocalipsis

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Decoramos el salón de casa y cada uno trajo sus regalos. Cinco ya estaba en camino, entonces todos subimos a nuestras respectivas habitaciones y nos pusimos elegantes.
Cinco llegó y cuando abrió la puerta, se encontró todo el salón lleno de globos y pancartas que decían feliz cumpleaños. También vio una tarta, bebidas y aperitivos variados en la mesa del comedor. Me miró a mí, miró al salón, y luego me volvió a mirar.

- No te encontrabas mal, ¿a que no? -dijo con tono de guasa.

- Nop. Solo queríamos que te fueras para poder preparar esto y darte una sorpresa. ¿Te gusta? -dije nerviosa y tocando el colgante que me regaló cuando éramos pequeños.

- ¡Me encanta! -dijo corriendo hacia mí y abrazándome. - Te quiero, T/n.

- Y yo a ti, Cinco. -respondí pensando en lo que le tenía que decir.

Estuvimos mucho rato riendo y bromeando hasta que de repente, alguien tocó a la puerta.

- ¡Yo abro! -dijo Klaus corriendo para abrir.

Cuando lo hizo, pude ver a un chico de pelo corto y color castaño claro al que Klaus besó. Era Dave.
Mi hermano y su nuevo novio entraron en el salón y el chico nos deseó feliz cumpleaños a todos. Klaus nos lo presentó. Efectivamente, ese chico tan amable y simpático era Dave. Él se desenvolvía bien en las conversaciones y hablaba con fluidez. No era nada tímido, al parecer. Era directo y siempre decía lo que pensaba. Al cabo de un rato, Sissy apareció y nos saludó con un abrazo. Le presentamos a Dave y continuamos con la fiesta. Cuando casi íbamos a cantar cumpleaños feliz, Diego no estaba. Lo llamamos y lo buscamos por toda la casa, pero no estaba allí. De repente, apareció por la puerta y dijo:

- ¡Chicos, os presento a mi futura mujer, Eudora Patch, o dentro de poco, Eudora Hargreeves!

Ella se sonrojó y nos sonrió amablemente. Cuando hablamos y supimos un poco más de ella, finalmente, los invitados nos cantaron el feliz cumpleaños. Mis hermanos y yo soplamos las velas a la vez y nos abrazamos. Allison y Luther se besaron, al igual que Vanya y Sissy, Diego y Eudora, Klaus y Dave, y, por último, pero no menos importante, Cinco y yo.
Cuando íbamos a abrir los regalos, Diego fue el primero. Yo le regalé un cinturón para que pudiese guardar sus navajas y un traje de cuero negro que jamás se quitaría. Después de Diego fue Allison, a la que le regalé un vestido de fiesta con escote de corazón en color rojo. Luego fue el turno de Luther, al que le regalé unos cuantos CDs de los que escuchábamos juntos cuando éramos pequeños. A Klaus le regalé un par de botellas del ron caro que nos gustaba y el conjunto que siempre me cogía a escondidas. Vanya fue la siguiente, y a ella le regalé un violín para el que me costó mucho ahorrar. Ella me lo agradeció llorando y abrazándome. Yo sonreí con la mayor felicidad de mi vida. Estaba encantada con su regalo y eso me hacía muy feliz. Yo fui después de Vanya y me regalaron muchas cosas chulas, pero hay una a destacar: Cinco me pidió matrimonio. Cuando todos mis hermanos menos él terminaron de darme los regalos, Cinco se sacó una pequeña cajita de terciopelo rojo, que abrió al hincar la rodilla derecha en el suelo.

- T/n, eres a la persona que más quiero en  este maldito mundo y con la que quiero compartir el resto de mi vida. ¿Quieres casarte conmigo? -dijo con la voz más tierna que pude haber oído de él.

- ¡Sí, sí, sí! -dije tirando de él para arriba.

Él se levantó, me puso el anillo, que era precioso, estaba hecho de oro con un diamante no muy grande en el centro y yo lo besé con todas las ganas que tenía. Cuando nos separamos, mis hermanos y hermanas y sus respectivas parejas corrieron hacia nosotros para felicitarnos y ver el anillo. Yo estaba muy feliz y sonriendo. Además, todavía tenía que decirle a mi futuro marido que estaba embarazada y que él iba a ser papá.
Esperé a que mis hermanos les dieran sus regalos y cuando ya los hubo abierto todos, fue mi turno. Le entregué una caja con la saga de libros que él deseaba desde que era pequeño. La abrió y se quedó mirándome embobado.

- T... T/n, estos libros son de edición limitada. ¿De dónde los has sacado? -dijo asombrado.

- Eso no importa, lo importante aquí es que te haya gustado. -respondí riendo.

- Me ha encantado. Espera... aquí hay otra cajita. -dijo sacando una caja rectangular en la que yo había metido mi test de embarazo.

Él la abrió y vio el contenido. Al principio se quedó atónito y luego se levantó de la silla y gritó:

- ¡Voy a ser padre!

A lo que Klaus respondió:

- ¡Y yo voy a ser tío!

Todos reímos y Cinco corrió a abrazarme fuertemente. Estaba temblando de la emoción, así que le acaricié el pelo de la misma forma que hice el primer día que nos conocimos. Sabía que eso lo tranquilizaba y sigue surtiendo efecto.
Cuando se separó de mí, una rápida lágrima resbaló sobre mi mejilla. Él tenía los ojos llorosos y me miraba sonriendo.

Los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses y los meses en años. Durante ese tiempo, Cinco y yo nos casamos poco después de que me lo pidiese y nos compramos una bonita casa en el campo. Allison y Luther también se casaron y tuvieron una hija llamada Claire. Sissy y Vanya no se casaron, pero adoptaron a un niño al que le pusieron Harlan. Diego y Eudora se casaron poco después de que Cinco y yo lo hiciésemos y los dos empezaron a trabajar como policías. Ella era detective y él agente de la ley. Klaus y Dave se compraron un piso en el centro de la ciudad y allí comparten su vida actualmente. No hay día en el que no eche de menos a mamá, a Ben, a Grace y un poco a Reginald.
Agnes conoció a mis hijos y los trata como si fuesen sus nietos. Todos los sábados por la mañana Cinco, yo y mis dos hijos vamos a verla a la cafetería, donde aún sirve sus deliciosos donuts. Los domingos, vamos a visitar a todos los tíos y tías Hargreeves.

- Y aquí acaba la historia. Lo demás también lo habéis vivido vosotros.

- Que historia tan bonita, mami.

- ¡Sí! Yo quiero vivir aventuras también

- Lo harás, Diana. Y tú también, Nicky. Pero aún sois pequeños.

- ¡Papá, Diana y yo tenemos 8 años! Ya somos muy mayores.

- Si, Nicky. Lo sois.

- Entonces, ¿así os conocisteis?

- Sí, Diana. Papá y yo nos conocimos juntos en el apocalipsis.

Juntos en el apocalipsis (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora