Vanya y yo estuvimos toda la tarde hablando sobre nuestras familias, sobre la muerte de mamá y sobre Cinco. De él le conté cómo nos conocimos, también le conté cómo fue nuestra primera cita, lo que hicimos anoche y también le hablé sobre la bonita cadena que me había regalado Cinco.
- Sí, Vanya. Por detrás pone "5+8". Te lo voy a enseñar, espera.
Me levanté para ir al joyero, pero el colgante no estaba allí. Empecé a buscarlo por todos los cajones, pero ni rastro de él. Entonces Vanya me llamó:
- T/n. Sé dónde está tu colgante.
- ¡¿Qué?! - dije enfadada.
- No, espera. Yo no lo tengo. Lo tiene Allison. Anoche escuchó lo que Cinco y tú estuvisteis hablando y esta mañana, cuando te has levantado, ha venido a la habitación y lo ha cogido.
- ¡La voy a matar! -dije saliendo bruscamente de la habitación.
Llgué a su habitación y abrí la puerta tan furiosa que pegó un golpe contra la pared y la rompió.
- Pero, ¿¡a ti qué cojones te pasa?! -dijo Allison sobresaltada.
- ¡No! ¡¿Qué cojones te pasa a ti, imbécil?! -le grité.
- ¿Por qué dices eso?
- ¡Ni se te ocurra hacerte la desentendida conmigo! ¡Vanya me ha contado que tienes el colgante que Cinco me regaló anoche! ¡Ya me lo estás dando o estás muerta!
- ¡Yo no lo tengo, puta loca!
Me acerqué a ella, la cogí de la camisa y le pegué un puñetazo en la cara.
- ¡Que me lo des!
- ¡Jamás! ¡Has llegado de repente, me has quitado al chico que me gustaba y encima te has venido a vivir a mi casa! ¿¡Qué coño quieres de nosotros, T/n!?
- ¡Lo primero, Cinco no es tuyo! ¡Y tu padre me ha adoptado porque piensa que puedo ser útil para la academia, cosa que tú no eres!
Allison me pegó un puñetazo y yo empecé a pelear con ella. Al cabo de un rato, Diego llegó a la habitación, me cogió en brazos para que parase de pelear con Allison, me llevó al pasillo y me dejó en el suelo. Yo lo abracé mientras rompía a llorar, y en ese mismo instante llegó Cinco, me vio así con Diego y celoso, preguntó:
- ¿Qué demonios está pasando aquí?
- T/n y Allison se estaban peleando a puñetazo limpio. -respondió Diego soltándome.
- T/n, ¿qué...? -empezó a decir Cinco. - A ver, deja que te vea el ojo. ¡Joder! ¡Diego, llama a mamá!
Diego asintió y bajó corriendo las escaleras para buscar a Grace.
Yo abracé a Cinco llorando y dije:
- Cinco, Allison me ha quitado la cadena que me regalaste ayer y no me la quiere devolver.
- Ya está, t/n. Se la quitaré, ¿vale? Ahora ve a la enfermería con Diego y yo le quitaré la cadena a Allison.
- No. No, Cinco. Ven conmigo. -dije abrazándolo más fuerte.
- T/n... -empezó a decir Cinco.
- Yo la acompaño. -dijo Vanya. -T/n, ven conmigo. Vamos.
Yo solté a Cinco y le di la mano a Vanya. Fuimos juntas a la enfermería y cuando llegamos, dijo:
- Lo siento, T/n. No debería haber dejado que Allison cogiera la cadena.
- No importa, Vanya. Sin rencores.
Grace llegó y me vio el ojo. Se asustó y me preguntó qué había pasado. Yo le dije que me había caído en el baño y me había dado con el lavabo. Me creyó y me dijo que tenía que anestesiarme porque tenía que pincharme en el ojo y me iba a doler. Yo accedí y Grace me pinchó en el brazo. Al cabo de unos segundos, me dormí.
- ¡Allison! ¡Joder, Allison, estás loca! ¡¿Has visto lo que le has hecho a T/n en el ojo?! -dijo Cinco.
- Ella ha empezado. -dijo ella.
- ¡Pareces una niña pequeña, joder! ¡Dame la cadena, haz el favor!
- Cinco... -empezó a decir Allison.
- ¡Que hagas el puto favor y me des la cadena que le regalé a T/n! -gritó él.
Allison se miró al espejo y se quitó la cadena que luego le entregó a Cinco.
- No me dirijas la palabra hasta que no aceptes a T/n y hasta que no te comportes con T/n como ella se merece. Estúpida.
Allison rompió a llorar y Cinco salió de la habitación cerrando la puerta de un portazo. Él entró a la enfermería donde estaba Vanya y ella le explicó todo lo que Grace me había contado. Cinco le dio las gracias a Vanya y ella salió de la habitación. Cinco cogió una silla, se sentó al lado de la camilla, me agarró la mano y esperó hasta que yo me despertase.
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Juntos en el apocalipsis (Terminada)
Random- Mami, ¿cómo conociste a papi? - ¡Sí, sí cuéntanos! - Está bien, sentaos en el sofá y os lo contaré todo. Yo era una chica de 13 años que vivía con sus padres en una humilde casa en una ciudad. Pero un día como otro, mis padres estaban peleando en...