Capítulo 38: ¡Vete a la mierda!

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- Voy a por unos cafés, ¿alguien quiere alguno? -preguntó Klaus.

- Trae café para todos, Klaus. Todos necesitamos uno. Aunque a ellos no les gusta el café solo. Trae todos con leche menos el mío.  -dijo Cinco.

Yo sé que Cinco sabía que a mí tampoco me gustaba el café con leche, y sabía que lo hizo porque estaba enfadado conmigo. Pero no me importó y dije:

- Te ayudaré, Klaus.

- Yo también voy. -dijo Vanya.

Los tres salimos de la habitación y nos dirigimos a la cafetería. Yo cogí dos cafés solos y Vanya ayudó a Klaus a coger los cafés con leche. Cuando ya los teníamos todos, agarré a Klaus y a Vanya del brazo y les dije:
- Tengo un plan para vengar a Ben. No se puede enterar nadie, ni siquiera Cinco. ¿De acuerdo?

- ¿Os habéis peleado? -preguntó Vanya.

- Sí, porque soy una idiota. Pero ese no es el punto. En fin, Cinco me ha dicho que los cabrones que han matado a Ben son de la comisión. Entonces, he pensado en colarme allí y averiguar, de alguna manera, quién ha ordenado matar a nuestro hermano y cuando lo descubra, lo mataré.

- T/n, hermanita, estás loca. Pero no te voy a dejar que hagas esto sola. Te ayudaré. -dijo Klaus.

- Yo no sé cómo voy a ser de ayuda. Yo no tengo poderes. -dijo Vanya.

- ¿Y qué, Vanya? No necesitas poderes para ser increíble. Y tú lo eres. -le dije animándola.

- Gracias. -dijo ella susurrando.

Todos estábamos tristes. Jamás había visto a mis hermanos llorar. Y yo tenía muchos motivos. Todo se me acumuló; la muerte de mi madre, lo de mi padre, el atraco en la cafetería, la pelea con Cinco y ahora la muerte de Ben. Rompí a llorar súper fuerte y me abrazaron.
Me costaba muchísimo no tener a Cinco a mi lado.

- Bueno, vamos a llevar los cafés. -dije aún llorando.

Los dos me hicieron caso y caminamos juntos a la habitación, pero antes de entrar le di el café solo a Vanya para que ella se lo diera a Cinco. Ella me dijo que tendría que arreglar las cosas con él, pero yo era muy orgullosa y aunque sabía que lo había hecho mal, me costaba mucho pedir perdón. Cuando todos tuvieron su café, entró una enfermera y nos dijo que tendría que llevarse a Ben para hacerle unas pruebas. Grace y Reginald se fueron con la enfermera y quedamos solo los hermanos Hargreeves.

- ¿Cómo mierda ha pasado esto? -dijo Diego. -Sé que esos capullos son de la comisión.

- T/n y yo fuimos a la cafetería de Agnes para tomarnos algo y de repente aparecieron unos cuatro tíos armados hasta las cejas, que empezaron a disparar y nos los cargamos. -dijo Cinco.

- ¿Y por eso han matado a Ben? Si él no tiene culpa. -dijo Luther.

- Ya, Luther. Pero esos tíos son muy rencorosos. Nosotros nos cargamos a unos cuantos de ellos y ellos nos quitan a Ben. -dije dándole un trago a mi café.

- ¿Y qué vamos a hacer? -dijo Allison.

Pensé en decirle a todos mis hermanos el plan que tenía, pero Cinco se me adelantó y dijo:

- No podemos hacer nada contra la comisión, Allison. Si descubren que hemos matado a alguien volverán a matar a alguno de los que quedamos. Y ya no somos ocho, ahora volvemos a ser siete. Y no nos conviene que ninguno muera.

- ¿Y qué propones? -dijo Diego.

Cinco se sentó en un sillón y después de acabarse el café dijo:

- Nada, Diego. Ya he dicho que no podemos arriesgarnos.

- ¿¡Y quieres que nos quedemos de brazos cruzados sabiendo que esos hijos de puta han matado a Ben!?

Cinco se levantó del sillón, lanzó el vaso vacío a la pared y enfadado, dijo:

- ¿¡Y qué propones tú, listilla!? ¡Porque si quieres morir, mata a algún miembro de la comisión y listo!

Yo me quedé sorprendida mirando a Cinco. Nunca lo había visto así. Entonces Allison se levantó del sillón y dijo: 

- ¡Cinco! ¿¡Tú crees que esas son formas de hablarle a T/n!? Solo quiere ayudar. Eres un desagradecido.

- ¡Vete a la mierda! -dijo Cinco saliendo de la habitación y dando un portazo.

A mí se me cayó una lagrima del ojo. Allison se dio cuenta y me abrazó. Yo la abracé fuerte y empecé a llorar en su hombro. Ella también lloraba pero me decía que me tranquilizase mientras me acariciaba el pelo.

Una hora después, yo estaba dormida con la cabeza apoyada en las piernas de Allison y ella estaba apoyada en el hombro de Luther. Al otro lado, tenía a Vanya, que estaba llorando.

Cuando desperté, busqué con la mirada a Cinco, pero él no estaba en la habitación. Me levanté y salí de la habitación para buscarlo, pero no lo encontré en el pasillo. Fui a la salida del hospital, pero tampoco estaba allí. Salí y vi a un chico alto. Me acerqué, pero no era Cinco. Era Klaus.

- Hola, enana. -dijo.

- Hola, hermano. -dije con una sonrisa triste.

Hacía frío y Klaus estaba tiritando. Yo me acerqué a él y lo abracé. Él se agachó y me devolvió el gesto. Klaus rompió a llorar y se sentó en el suelo. Yo me senté a su lado, apoyé mi cabeza en su hombro y él me rodeó con el brazo. Los dos estábamos llorando y la gente que pasaba por delante se nos quedaba mirando como si estuviéramos locos.

Juntos en el apocalipsis (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora