- ¿Cuánto llevas esperándome? -dije terminando de atarme las zapatillas.
- No mucho, unos siete minutos aproximadamente.
- ¡Joder! Es que soy una tardona, lo siento. -dije levantándome del banco.
- Jajajaja, no te preocupes. Ven, T/n. -dijo tendiéndome la mano.
- ¿Adónde piensas llevarme, Cinco Hargreeves? -dije agarrando su mano mientras me reía.
- Espera y lo verás. -Dijo con una sonrisa.
Me solté de su mano y fuimos andando mientras nos contábamos cosas de nuestra vida:
- ¡Sí, como lo oyes! Jajaja, y todo el mundo empezó a reírse de mí.
- Jajaja, normal. Te caíste en un centro comercial mientras te deslizabas por el suelo con un montón de gente delante, T/n. Yo también me hubiera reído. Jajaja, solo de imaginarte me da mucha risa. - Dijo Cinco entre carcajadas.
-¡Cinco! - Reí empujándolo.
Cuando terminamos de reir, quise preguntarle por Klaus, porque, aunque apenas habíamos intercambiado un par de palabras, me cayó muy bien. Así que me puse seria y dije:
- Cinco, ¿cómo está Klaus?
- Está bien. Ha vuelto a su vida de alcohólico.
- ¿Cómo? - pregunté confundida.
- Sí, T/n. Klaus tiene el superpoder de ver fantasmas, pero le dan miedo. Desde que era pequeño empezó a beber y a drogarse algunas veces, porque es así como puede evitar verlos. Y encima mi padre lo encerraba en una especie de habitación muy oscura para que perdiera su miedo a los fantasmas, así que tiene un trauma.
- ¡¿Qué?! Por lo que me has contado de Reginald, no parece que quiera mucho a sus hijos.
- Supongo que nos querrá, T/n. Pero a su manera. - Añadió Cinco, un poco incómodo.
Noté que a Cinco no le gustaba mucho el tema de la conversación así que decidí hablar de otra cosa:
- ¿Queda mucho?
- No, de hecho, hemos llegado.
Miré hacia ambos lados pero solo vi contenedores y una escalera de emergencias que subía a un tejado.
- Vamos, T/n, sube.
- Está bien, vamos.
Subí por la escalera detrás de Cinco y llegamos a una especie de terraza con hamacas de plástico colocadas una junto a la otra casi en el filo de la terraza, donde había unas vistas impresionantes del atardecer.
El cielo estaba anaranjado y el sol se veía precioso.
-¿Te gusta? -dijo Cinco colocándose a mi lado.
- Me encanta, Cinco. Esto es... es... increíble. -dije sonriendo.
Cuando fui a girarme para mirar a Cinco, éste estaba a dos centímetros de mí, mirándome a los ojos con una hermosa sonrisa.
- T/n, necesito decirte esto porque si no lo hago, sé que me voy a arrepentir.
- Dime -dije muy nerviosa.
- T/n, yo... Me gustas, me gustas muchísimo, es más, creo que estoy enamorado de ti. Desde que nos encontramos en el apocalipsis y me gritaste por comerme tus donuts. - dijo Cinco riendo. - Es por eso que...
No pude contenerme más y lo besé.
Lo besé muy suavemente, mientras yo acariciaba su pelo y él me abrazaba por la cintura.
Cuando nos separamos estuvimos varios segundos mirándonos a los ojos.
- Te quiero, Cinco Hargreeves -le dije susurrando.
- Te quiero, T/n Brown.
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Juntos en el apocalipsis (Terminada)
De Todo- Mami, ¿cómo conociste a papi? - ¡Sí, sí cuéntanos! - Está bien, sentaos en el sofá y os lo contaré todo. Yo era una chica de 13 años que vivía con sus padres en una humilde casa en una ciudad. Pero un día como otro, mis padres estaban peleando en...