Capítulo 20: El atardecer

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- ¿Cuánto llevas esperándome? -dije terminando de atarme las zapatillas.

- No mucho, unos siete minutos aproximadamente.

- ¡Joder! Es que soy una tardona, lo siento. -dije levantándome del banco.

- Jajajaja, no te preocupes. Ven, T/n. -dijo tendiéndome la mano.

- ¿Adónde piensas llevarme, Cinco Hargreeves? -dije agarrando su mano mientras me reía.

- Espera y lo verás. -Dijo con una sonrisa.

Me solté de su mano y fuimos andando mientras nos contábamos cosas de nuestra vida:

- ¡Sí, como lo oyes! Jajaja, y todo el mundo empezó a reírse de mí.

- Jajaja, normal. Te caíste en un centro comercial mientras te deslizabas por el suelo con un montón de gente delante, T/n. Yo también me hubiera reído. Jajaja, solo de imaginarte me da mucha risa. - Dijo Cinco entre carcajadas.

-¡Cinco! - Reí empujándolo.

Cuando terminamos de reir, quise preguntarle por Klaus, porque, aunque apenas habíamos intercambiado un par de palabras, me cayó muy bien. Así que me puse seria y dije:

- Cinco, ¿cómo está Klaus?

- Está bien. Ha vuelto a su vida de alcohólico.

- ¿Cómo? - pregunté confundida.

- Sí, T/n. Klaus tiene el superpoder de ver fantasmas, pero le dan miedo. Desde que era pequeño empezó a beber y a drogarse algunas veces, porque es así como puede evitar verlos. Y encima mi padre lo encerraba en una especie de habitación muy oscura para que perdiera su miedo a los fantasmas, así que tiene un trauma.

- ¡¿Qué?! Por lo que me has contado de Reginald, no parece que quiera mucho a sus hijos.

- Supongo que nos querrá, T/n. Pero a su manera. - Añadió Cinco, un poco incómodo.

Noté que a Cinco no le gustaba mucho el tema de la conversación así que decidí hablar de otra cosa:

- ¿Queda mucho?

- No, de hecho, hemos llegado.

Miré hacia ambos lados pero solo vi contenedores y una escalera de emergencias que subía a un tejado.

- Vamos, T/n, sube.

- Está bien, vamos.

Subí por la escalera detrás de Cinco y llegamos a una especie de terraza con hamacas de plástico colocadas una junto a la otra casi en el filo de la terraza, donde había unas vistas impresionantes del atardecer.

El cielo estaba anaranjado y el sol se veía precioso.

-¿Te gusta? -dijo Cinco colocándose a mi lado.

- Me encanta, Cinco. Esto es... es... increíble. -dije sonriendo.

Cuando fui a girarme para mirar a Cinco, éste estaba a dos centímetros de mí, mirándome a los ojos con una hermosa sonrisa.

- T/n, necesito decirte esto porque si no lo hago, sé que me voy a arrepentir.

- Dime -dije muy nerviosa.

- T/n, yo... Me gustas, me gustas muchísimo, es más, creo que estoy enamorado de ti. Desde que nos encontramos en el apocalipsis y me gritaste por comerme tus donuts. - dijo Cinco riendo. - Es por eso que...

No pude contenerme más y lo besé.

Lo besé muy suavemente, mientras yo acariciaba su pelo y él me abrazaba por la cintura.

Cuando nos separamos estuvimos varios segundos mirándonos a los ojos.

- Te quiero, Cinco Hargreeves -le dije susurrando.

- Te quiero, T/n Brown.

Juntos en el apocalipsis (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora