Capítulo 12: El Reencuentro

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Después de mis increíbles "alucinaciones" entré en mi casa.
La puerta estaba abierta y había farolillos en la entrada, entonces, muerta de miedo, me dirigí  hacia el salón y escuché un ruido. Era alguien llorando. La reconocí enseguida, era mi madre, estaba tendida en el sofá llorando sin parar y al lado mi padre consolándola. 

- Cómo han cambiado las cosas desde que me fui ayer. - Dije mientras me caía una lágrima del ojo.

Mi padre y mi madre me miraron con cara de felicidad y las lágrimas de mi  madre pasaron de ser de tristeza a ser de felicidad. Me recibieron con los brazos abiertos y fui corriendo a darles un abrazo. Me esperaba que estuviesen enfadados pero no fue así.

Estaban muy preocupados por mí y me empezaron a decir que dejaron la puerta abierta para que si yo llegaba, entrara sin problema y pusieron farolillos por si me perdía o llegaba por la noche y no se veía nada.
Es decir, mi madre se había inventado cosas muy raras para que llegara sana y salva.

- Cariño, ¿te preparo la cena? -Dijo mi madre entre suspiros.

- No, mamá, no hace falta. No tengo hambre.

- Está bien cariño. Si hoy quieres, puedes dormir conmigo, seguro que has estado sola y...

-No, mamá, no he estado sola. -Dije interrumpiéndola.

Mi madre se quedó pálida y no sabía qué pensar.

-Hija, ¿dónde has estado y con quién? -Preguntó mi padre preocupado.

-Larga historia, pero os aseguro que estoy bien. Además, he conocido a un chico muy simpático. -Dije mientras subía las escaleras en direccion a mi cuarto.

- ¡Buenas noches! -Grité desde mi habitación.

A mi madre se le había quedado la cara como un cuadro, acababa de llegar después de estar un día fuera y no le di muchas explicaciones de lo que había pasado. 

Juntos en el apocalipsis (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora