Después de finalizar la Segunda Guerra Mágica, Adhara Phoenix Black ya no siente tener motivos para quedarse en Londres y decide irse al pueblo más nublado de Estados Unidos junto con su fiel Kreacher, sin saber que ahí encontraría lo que tanto habí...
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Una vez que empezó a sonar una música más movida, la mayoría de los invitados se levantaron para dirigirse a la pista de baile y empezar a bailar.
La azabache vio a lo lejos a los Clearwater y se acercó a saludar, con su mano entrelazada con la de Jasper.
-Sue, es un gusto volver a verla. -le saludó educadamente. La mujer le sonrió amablemente y estrechó su mano con la de ella.
-Buenas noches, cielo. Te ves preciosa. -le halagó la mujer.
-Y usted luce despampanante en ese vestido. Él es Jasper, mi novio. Cielo, ella es Sue Clearwater, la mamá de Leah y Seth. -los presentó.
-Es un placer conocerte, Adhara me ha platicado maravillas sobre ti.
-Igualmente.
Adhara sonrío feliz.
-¡Jasper! ¿Cómo estas? -preguntó Seth estrechando sus manos con las del rubio.
-Muy bien, escuché que aprobaste todas las materias con muy buenas calificaciones, mis felicitaciones para ti.
-Si. -afirmó el chico avergonzado. -Fue gracias a Nix, sus asesorías me ayudaron bastante.
-Ya sabíamos que tu inteligencia no era nata, hermano.
-Leah. -se quejó él y su hermana sonrío divertida. -Te ves muy bien, Nix
-Gracias, Seth. Tú también luces espectacular. Sabía que el traje te iba a quedar. Y tú estás preciosa, Le. Aunque ese vestido era mío, yo lo ví primero y me lo quitaste.
-Para empezar tú me lo diste y me obligaste a medírmelo; pero si lo quieres, te lo regreso.
-Eres una cínica, sabes bien que no me quedó de la parte de arriba. Además lo que se regala no se devuelve, ¿por qué crees que no regresé a Orión con Jasper?
-Oye.
-Ya no es mi culpa que tengas más pecho que yo. ¿No que te sentías orgullosa por eso?
-Te odio.
-Parecen unas niñas de cinco años.
-Cállate, Seth. -le dijeron al unísono.
-Cariño, ¿puedes venir conmigo? Tengo que presentarte a algunas personas. -intervino el rubio divertido.
-De acuerdo. Leah, me debes un baile.
Los dos se despidieron de los Clearwater y esta vez fue Jasper quien guío el camino hacia un pequeño grupo de personas. Conforme se iban acercando, Adhara pudo confirmar con total seguridad que esa pequeña familia eran los Denali, Daniel estaba con ellos. Eran tres rubias, que poseían una belleza que Fleur jamás envidiaría, y una pareja.
-Buena noche. -saludó el rubio con una sonrisa apenas perceptible.
-Jasper. -saludó el hombre estrechando su mano con la de él. -Es bueno verte otra vez, aunque apenas hayan pasado meses desde que no nos veíamos.
