Después de finalizar la Segunda Guerra Mágica, Adhara Phoenix Black ya no siente tener motivos para quedarse en Londres y decide irse al pueblo más nublado de Estados Unidos junto con su fiel Kreacher, sin saber que ahí encontraría lo que tanto habí...
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Bella estacionó su camioneta frente a la casa roja y se quedó un rato ahí antes de bajarse seguida de Adhara, siendo esta última quien decidió tocar y a los pocos segundos Billy Black les abrió la puerta.
-Buenas tardes, Billy. -saludó Adhara.
-Bella, Adhara.
-Necesito verlo. -dijo Bella.
-No está. -respondió firmemente.
-Lo siento, pero necesito verlo. -insistió esquivándolo y entrando a la casa sin si quiera pedir permiso.
-Joder contigo, Isabella. Muestra un poco de respeto. -murmuró entre dientes ante la falta de educación de su amiga muggle. -Perdón, Billy.
Caminó detrás de ella y arqueó una ceja al ver a Jacob desparramado en su cama, como si estuviera demasiado cansado.
-¡Jacob!
Las dos chicas miraron hacia la ventana para ver a Sam Uley y sus discípulos dirigiéndose hacia la casa de los Black.
-Bella, no. -le llamó al ver a la castaña enojada y saliendo de ahí, siendo ignorada. -Merlín, dame paciencia con esta loca.
La siguió fuera de la casa de Jake y pudo ver como se acercaba cada vez más a aquellos chicos.
-¡Isabella Swan! -insistió siendo ignorada otra vez.
-¿Qué le hiciste? -gritó hacia el más alto de ellos. -¿Qué fue lo que le hiciste? -exclamó empujándolo.
-Calma. -habló el líder deteniendo a los dos chicos a su lado derecho.
-¡Él no quería esto!
Para estas alturas, Adhara ya estaba junto a Bella y le había agarrado del brazo para empujarla ligeramente hacia atrás. Aunque Leah nunca lo describió físicamente, supo inmediatamente que él era Sam Uley. Era difícil de ignorar al ver ese porte tan característico de un líder, recordaba lo que Jacob le contó a Bella.
-¿Qué hicimos? ¿Qué hizo él? ¿Qué les dijo? -exigió con brusquedad uno de ellos acercándose a las chicas, pero fue detenido.
-Esperen, tranquilos. -ordenó Sam mirando tanto a Bella como al otro chico.
-Nada, no nos dijo nada porque lo tienen aterrado.
Los tres chicos rieron burlonamente, para molestia de Adhara y Bella, quien ya enojada no dudó en darle un puñetazo a uno de ellos.
-Ya es muy tarde. -se mofó otro.
El hombre empezó a gruñir y a mostrar sus dientes mientras temblaba sin control alguno. Adhara previendo que se convertiría en un lobo, volvió a sujetar con fuerza el brazo de Bella y empujarla más hacia atrás.
-Váyanse, ahora. -ordenó Sam mirando hacia las chicas. -Paul, tranquilízate.
Ya era tarde. El chico, Paul, se retorció e inclinó su cuerpo hasta convertirse en un gran lobo grisáceo.
