| Nuevo Comienzo |

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-¡NIÑOS, YA BAJEN A DESAYUNAR QUE EL DESAYUNO SE ENFRÍA! -el grito que pegó la señora Weasley fue suficiente para que los habitantes de la Madriguera se despertaran, por lo menos la mayoría lo hizo

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-¡NIÑOS, YA BAJEN A DESAYUNAR QUE EL DESAYUNO SE ENFRÍA! -el grito que pegó la señora Weasley fue suficiente para que los habitantes de la Madriguera se despertaran, por lo menos la mayoría lo hizo. Harry tuvo que levantar a Ron mientras lo golpeaba varias veces con su almohada hasta que el pelirrojo se levantó todo adormecido, para nadie era un secreto que el menor de los hermanos Weasley tenía el sueño demasiado pesado.

El dolor y la tristeza aún seguían ahí, no eran sentimientos que se iban a ir de un día para otro. Tendrá que pasar mucho tiempo para que ellos puedan recuperarse, pero Molly se dijo a sí misma que no podía descuidar a su familia por lo que ese día se levantó bien temprano, despidió a su esposo y a su hijo, y se esmeró en hacer un buen y exquisito desayuno.

Después de haber colocado la mesa, escuchó pasos como si estuvieran bajando las escaleras y la primera en aparecer fue Ginny. Su pequeña hija estaba en pijamas y con el cabello todo alborotado, pero al menos ya no tenía los ojos tan rojos como ayer.

-Buenos días, cielo. Sirve lo que te vayas a comer. ¿Ya se despertaron los demás? Espero que sí, iré a subirle el desayuno a George, a ver si esta vez logro hacer que coma algo. -murmuró preocupada porque su hijo ayer apenas probó bocado.

-Guárdalo. Pasé a su habitación y seguía dormido acompañado de Hara. Lo más seguro es que ninguno pudo dormir y se hayan desvelado, y quiero suponer que ya han hablado. -respondió Ginny sin ganas mientras se sentaba.

La señora Weasley se preocupó, pero ya no pudo decir nada porque enseguida aparecieron Ron, Hermione y Harry. Mientras se acomodaban en las sillas, Molly guardó desayuno para que Adhara comiera en cuanto se levante.

-¿Y papá? -preguntó Ron llenando su plato.

-Tuvo que ir al Ministerio con Percy, dijo que vendrán a la hora de la comida. -respondió la matriarca Weasley.

Hasta ahí quedó la conversación. Por primera vez en años comieron en total silencio, el ambiente que había era decaído y apagado. Solo se escuchaba el ruido de las cucharas contra el plato. Molly miraba a sus hijos y los amigos de ellos desayunar, o por lo menos, hacían el intento de desayunar. Miró su plato, ella apenas había probado bocado. Le dieron unas inmensas ganas de llorar, pero no lo hizo. No quiso preocuparlos.

La guerra había sido devastadora para todos, ella lo sabía porque ya había vivido los horrores de una guerra hace años, tal vez no participó activamente por tener que cuidar de sus hijos; sin embargo, su esposo y sus hermanos mayores si fueron miembros activos de la Orden. Aún podía recordar, como si hubiese sido ayer, el día en que supo que sus hermanos fueron emboscados y asesinados por un grupo de mortífagos liderados por Dolohov.

El dolor fue demasiado para ella y su salud tanto mental como física se había visto implicada, pero se supo reponer. Tenía una familia a la que debía cuidar

Constelaciones ☆ jasper haleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora