Después de finalizar la Segunda Guerra Mágica, Adhara Phoenix Black ya no siente tener motivos para quedarse en Londres y decide irse al pueblo más nublado de Estados Unidos junto con su fiel Kreacher, sin saber que ahí encontraría lo que tanto habí...
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-Gracias por traerme. -le agradeció con una pequeña sonrisa cuando el rubio se detuvo frente a la casa de Adhara. Jasper había decidido no usar ningún coche, por lo que la cargó en su espalda y corrió velozmente. La colocó en el suelo con cuidado y esperó a que ella se estabilizara.
-No fue nada, señorita. -la bruja sintió su corazón acelerarse como siempre ocurre cuando Jasper le habla así, con su característico acento sureño, inconscientemente sonrío.
-¿Gusta usted pasar a mi humilde casa, soldado? -le preguntó coqueta abriendo la puerta.
Jasper encantando con la forma de coquetear de su humana, asintió con una sonrisa.
-Sería todo un placer, señorita.
Los dos ingresaron a la casa entre risas. Ya había ido muchas veces a su casa, pero nunca había entrado, esa era la primera vez que él entraba. Él era un caballero y no un acosador como su hermano, Edward, quien entraba a la habitación de Bella todas las noches. El interior de aquella cabaña era muy elegante y acogedora a la vez, tal como lo era Adhara. Tenía una gran chimenea, que en esos momentos se encontraba apagada, y encima de ella una televisión y un reproductor de películas. También pudo darse cuenta de un cuadro de una mujer avanzada en edad con un leve parecido a su compañera.
-Ella es mi abuela paterna, Walburga. -le dijo cuando se dió cuenta de que el rubio miraba el cuadro. -Te habría agradado conocerla y ella te hubiese adorado. -dijo sabiendo que su abuela la regañaría cuando él no estuviera presente.
-Te pareces a ella. - y ella rió.
-Lo sé. Papá, mi tío Regulus y yo nos parecemos un poco a ella, excepto en los ojos. Papá los tenía grises, como yo.
Jasper asintió y se volteó a ver las otras fotografías que estaban colgadas en la pared detrás de él. Vió una donde ella estaba junto con tres chicos, que supuso serían Hermione, Ron y Harry, los chicos hacían de caballitos para las chicas.
-En esa foto estábamos en tercer año, la tomó un niñito que siempre andaba con su enorme cámara en mano detrás de Harry o de mi, o de cualquier novedad que ocurría en la escuela. Casi siempre se las arreglaba para ser siempre el primero en saberse los chismes. -sonrió nostálgica al recordar a ese pequeño Gryffindor. -Colin solo se acercó y nos dijo "sonrían", Mione y yo nos sonreímos antes de subirnos a las espaldas de ellos. El de lentes es Harry y el pelirrojo es Ron.
-¿Ellos quiénes son? -preguntó viendo la fotografía de la Orden del Fénix original.
-Ellos formaban parte de una organización, algunos de ellos murieron poco después de que tomaran esa fotografía.
-Perdón por preguntar. -se disculpó al sentir sus emociones, pero ella le restó importancia.
-Ellos son los gemelos Prewett, eran los hermanos mayores de la Sra. Weasley. -le dijo señalando a un par de hombres. -El de atrás era mi padrino, la pareja que se agarran de las manos eran Lily y James Potter, los padres de Harry.