Después de finalizar la Segunda Guerra Mágica, Adhara Phoenix Black ya no siente tener motivos para quedarse en Londres y decide irse al pueblo más nublado de Estados Unidos junto con su fiel Kreacher, sin saber que ahí encontraría lo que tanto habí...
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-¡Nos vemos al rato! -se despidió la azabache saliendo de su casa con Orión dentro de su bolsa.
Ya era hora de partir a La Push.
Hace dos días, Leah le había marcado a su casa, invitándole a una pequeña reunión privada que el consejo de la tribu organiza; ni siquiera se lo pensó y aceptó. No todos los días te invitan a una reunión privada organizada por el consejo de una tribu.
Se dirigió rápidamente hacia su moto y la montó para conducir hacia la carretera de La Push, teniendo cuidado con su cachorro. En menos del tiempo estimado ya estaba frente a la casa de los Black y Leah estaba ahí, esperándola.
-Hola. -saludó la Black bajándose y guardando sus llaves en el bolsillo trasero.
-Hola, Hara. -le saludó sacando a Orión de la bolsa de su dueña. -Debes tener hambre, mamá preparó unas hamburguesas y te guardé una antes de que desaparecieran.
Adhara le agradeció con una sonrisa y juntas empezaron a caminar hacia donde estaban los demás, Orión había regresado a los brazos de su dueña. El consejo, la manada y las improntas estaban sentados alrededor de la gran fogata, usándola también para asar la comida. Solo hacían falta Jacob y Bella.
-¡Nix! -exclamó Seth acercándose a ella para abrazarla. -Me alegra que vinieras.
-Nunca podría rechazarle una invitación a mi querida Le. -la mencionada rodó los ojos con diversión. -Hola, chicos. -saludó al resto de la manada, quienes le sonrieron.
Orión pasó otra vez a los brazos de Leah porque Adhara se acercó a saludar a los adultos.
-Buena noche. -dijo acercándose a Sue, la mujer la veía con una cálida sonrisa.
-Me alegra que pudieras venir, cielo.
-Y yo agradezco la invitación. -respondió devuelta estrechando su mano con la de Billy Black con firmeza y posteriormente saludó al viejo Quil.
-Apretón firme y seguro. -susurró el viejo Quil hacia Billy. -Me agrada.
-¿Cómo has estado, cielo? Leah me dijo que en los últimos días estuviste decaída.
-Sí, pero ya todo está un poco mejor. No es nada que no pueda superar. -le dijo con una sonrisa para calmarla.
Regresó a tomar asiento entre los hermanos Clearwater y se dedicó a saborear la hamburguesa que Leah le había guardado; Orión comía con calma su comida.
-¡Hasta para comer una hamburguesa pareces una princesita! -exclamó Paul con burla y los demás metamorfos rieron divertidos.
-Y yo les dije que me es inevitable porque así me criaron. -se defendió antes de darle otra mordida a su hamburguesa. -¡Y no soy ninguna princesita! -exclamó con molestia luego de tragar.
Las carcajadas no se hicieron esperar. A la manada les alegraba ver que había vuelto la vieja Adhara que ellos habían conocido desde el principio