Después de finalizar la Segunda Guerra Mágica, Adhara Phoenix Black ya no siente tener motivos para quedarse en Londres y decide irse al pueblo más nublado de Estados Unidos junto con su fiel Kreacher, sin saber que ahí encontraría lo que tanto habí...
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El hecho de que los Cullen regresaran al pueblo fue una bomba y de sus amigos, solo Hermione lo sabía; Adhara temía que los Weasley y Harry vinieran a cumplir con su venganza, hasta creía a Charlie capaz de dejar Rumania por unos días o incluso traer a Norberta. Hay que aclarar que no temía por la integridad de Jasper, sino por seguir protegiendo su secreto.
Adhara se levantó sin tener ganas de ir a la escuela. Se estiró antes de salir de su cama y dirigirse al baño para darse una buena ducha. Vestía una falda de mezclilla, top manga larga blanca, su chamarra de mezclilla y tenis blancos, junto con un maquillaje natural y dejó su cabello suelto.
Agarró su mochila y salió de su cuarto para bajar las escaleras, donde fue recibida por un exquisito desayuno.
-Buenos días, ama Adhara. Kreacher ya no le hizo el desayuno porque los vampiros se lo trajeron. -le dijo Kreacher colocando el lunch box de su ama en la mesa.
Adhara se sorprendió y se acercó rápidamente a coger una nota que había en la mesa.
"Buenos días, estrellita. Le pedimos a Esme que te hiciera el desayuno (ya sabes que a nosotros hasta el agua se nos quema) y este fue el resultado, esperamos que lo disfrutes.
Con cariño, Daniel y Emmett.
PD. Ya tocaba que mi nombre fuera el primero. Nos vemos al rato, estrellita.
PD. Rose te manda saludos y un chocolate. El monstruito de la familia se nos quiso unir, pero no la dejamos. "
Adhara sonrió, ella ya los había perdonado (excepto a Jasper), pero le gustaba que aquellos vampiros la mimaran. Sin esperar más tiempo, se sentó y se dedicó a disfrutar del delicioso desayuno que la matriarca de los Cullen-Hale preparó para ella. Apenas terminó, dejó que Kreacher recogiera todo y se fue a lavar los dientes para irse a la escuela.
-Saliendo de la escuela, iré a la Reserva. Nos vemos al rato. -se despidió saliendo de su casa.
El tramo a la escuela fue corto y, en lugar de estacionarse junto al espacio de los Cullen, decidió colocarse a lado del coche de Ángela.
-¿Lo traes? -le preguntó la de lentes apenas su amiga se quitó el casco.
-Si, te lo daré en la clase de literatura.
Estuvieron un rato platicando hasta que los demás se unieron a ellas y empezaron a platicar de cosas triviales, de repente, Adhara se acordó de que a Jessica le tocaba dar el discurso en la graduación.
-Jess, te toca dar el discurso. ¿Cómo te sientes? ¿Ya los estás preparando? -la Stanley sonrió orgullosa.
-Me siento feliz y ansiosa y, a decir verdad, todavía no tengo ideas para empezar a redactarlo. Les dije a mis padres y se emocionaron, mamá quiso ayudarme, pero le dije que no. Quiero plasmar mis propias palabras.