| Nuestro para siempre |

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El día al fin había llegado

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El día al fin había llegado.

Adhara estaba en una de las habitaciones ya peinada y maquillada. Rosalie fue quien hizo todo el trabajo y quedó encantada con el resultado final: su cabello había sido recogido en un rodete desordenado y el maquillaje era natural, pero resaltando sus ojos grises. Solo hacía falta que le colocaran su vestido.

Desde la enorme ventana de su habitación podía ver a algunos invitados ya acomodados en sus lugares en el jardín. Sonrío al ver a las hermanas Denali y a Garrett platicar con Fleur y Bill Weasley. Benjamin y Tia parecían tener una conversación amena con la Profesora McGonagall. Distinguió a la manada, todos con elegantes trajes y a las improntas de ellos con hermosos vestidos, la pequeña Claire se veía adorable en aquel vestido; tambien distinguió a viejos compañeros de la casa de Gryffindor y a algunos vampiros que no había visto desde lo ocurrido con los Vulturi.

-Nix. -escuchó la voz de Alice llamarla y ella se volteó. La duendecita tenía en sus manos su vestido de novia. -Es momento de colocarte tu vestido.

Adhara se encaminó hacia ella. Entre Alice y Hermione la ayudaron a colocárselo y ajustárselo a su cuerpo.

-Te ves preciosa, Nix. -le dijo Hermione con una sonrisa tierna. -Me siento muy feliz por ti y Jasper. Te lo mereces después de todo. ¿Cómo te sientes?

-Ansiosa y emocionada. -confesó con una enorme sonrisa. -Esperé tanto este momento que no puedo creer que ya me voy a casar.

Tocaron la puerta y Rosalie fue a abrir, mostrando a Andrómeda y a Arthur Weasley, quienes sonrieron de la pura emoción al ver a Adhara ya arreglada.

-Mi niña te ves preciosa. -dijo la mujer acercándose a su sobrina.

-Gracias, tía.

-Kreacher me entregó el tocado de tu abuela y vine a dártelo. -mostró una caja negra de terciopelo y lo abrió con cuidado, se trataba de un tocado de oro con flores y hojas decoradas con cristales.

Rosalie lo sostuvo con cuidado y se lo colocó en la parte de atrás. Hermione se acercó con ojo crítico y la abordó con cuatro puntos importantes.

-Algo nuevo.

-El vestido.

-Viejo.

-El tocado.

-Prestado.

-La liga y tiene azul.

La castaña asintió satisfecha y se retiró junto con las demás, dejando al señor Weasley y a Adhara a solas.

-Te ves hermosa, Adhara. -le dijo el pelirrojo mayor con un genuino cariño y ella sonrio avergonzada.

-Señor Weasley, lo mandé a llamar porque quiero preguntarle algo. -hizo una pequeña pausa. -¿Puedes llevarme al altar? Carlisle y tú son las únicas figuras paternas que me quedan, pero quiero que seas tú quien me lleve.

Constelaciones ☆ jasper haleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora