Después de finalizar la Segunda Guerra Mágica, Adhara Phoenix Black ya no siente tener motivos para quedarse en Londres y decide irse al pueblo más nublado de Estados Unidos junto con su fiel Kreacher, sin saber que ahí encontraría lo que tanto habí...
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Adhara se fue despertando poco a poco porque escuchaba de fondo la voz de Jasper, al parecer estaba hablando con alguien por teléfono, lo más seguro que alguno de sus hermanos. Se fijó en el reloj que estaba en la pequeña mesita a su lado, apenas eran las diez y media de la mañana, gracias a Merlín, anoche pudo conciliar el sueño sin la necesidad de que Jasper usara su don en ella o de que tuviera que usar una poción para dormir sin soñar, ya hasta había pensado en la excusa que le iba a decir al rubio.
Viendo que Jasper seguía hablando por teléfono, se desperezó para levantarse e ir al baño y de paso cepillarse los dientes y lavar su rostro. Después de unos minutos, regresó a su cama para sentarse, pasaron unos segundos cuando Jasper colgó y se volteó a verla con una suave sonrisa.
-Buen día, Hara. -la saludó Jasper con una sonrisa tomando asiento a lado de ella y sostener su mano con cariño.
-Buen dia, Jazz. ¿Hay alguna noticia?
-Dos. Entre Emmett, Daniel y Alice lograron destruir a James en Phoenix y Bella resultó herida porque alcanzó a morderla, pero Edward logró extraer todo el veneno. Por ahora está hospitalizada en Phoenix por una pierna rota y varios vidrios incrustados en su pierna, se quedarán ahí unos días y los demás regresan en unas horas.
-¿Por cuánto tiempo estará hospitalizada?
-Tal vez una semana, según Carlisle, ahora solo nos queda preocuparnos por la mujer, Victoria. Rose nos dijo que en ningún momento se acercó a la casa del sheriff, pero no bajaremos la guardia. -Adhara asintió distraídamente y se levantó para dirigirse a su clóset y sacar una muda de ropa, después se dirigió a su tocador para abrir el primer cajón y sacar su ropa interior. Todo bajo la atenta mirada de Jasper.
-Me iré a bañar y por mientras tú podrías aprovechar para ir a tu casa y hacer lo mismo que yo o, si te atreves, puedes bañarte conmigo. -le dijo guiñándole un ojo. Sin esperar respuesta, se dio la vuelta e ingresó al baño, dejando la puerta levemente abierta.
Jasper se quedó estático por unos segundos, pero reaccionó sonriendo de lado y negando con la cabeza. Si aún fuera humano, ya estaría más que sonrojado por la invitación que ella le hizo, ya no sabía que más podía esperar de aquella pícara humana, pero decidió ser un caballero e ir a su casa para hacer lo que Adhara le dijo.
La Black presentía que Jasper haría lo primero que le dijo, por lo que no se sorprendió cuando vio que no estaba una vez que terminó de vestirse y regresó a su cuarto para terminar de arreglarse, pero si se sorprendió al encontrar una gerbera encima de un papelito doblado. Tomó la flor en sus manos para olerla y suspiró al captar su exquisito olor.
"Te espero en el comedor, J. "
-Realmente me encantas, Jasper Hale. -susurró a la nada al terminar de leer aquel sencillo mensaje y pensando con una sonrisa tonta en ese rubio vampiro que había llegado a su vida sin que ella lo esperara. Definitivamente, Jasper había llegado en uno de los peores momentos de su vida para darle un poco de aquella luz que ella creía que se había apagado.
