Después de finalizar la Segunda Guerra Mágica, Adhara Phoenix Black ya no siente tener motivos para quedarse en Londres y decide irse al pueblo más nublado de Estados Unidos junto con su fiel Kreacher, sin saber que ahí encontraría lo que tanto habí...
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La rutina que ella había establecido se volvió a modificar, pero no se quejaba; lo disfrutaba demasiado, casi no tenía tiempo para pensar en Jasper, pero había noches en que lo extrañaba. Él sí que logró enterrarse hasta lo más profundo de su corazón. Jasper Hale es y será siempre su primer amor. Él le trajo tantas emociones en poco tiempo, que cuando se fue, se llevó todo con él y dejándola a ella sin nada. Aunque ya no le dolía tanto, sí que estaba enojada con él.
También extrañaba a los demás. Extrañaba a Esme y su actitud tan maternal que, al parecer, solo tenía con ella, extrañaba verla cocinar y saborear sus comidas. Extrañaba llegar y ser recibida por ella con un abrazo de oso y beso lleno de cariño en la frente.
Extrañaba a Carlisle y los cuidados que tenía con ella, las pláticas sobre diversos temas que mantenían en la oficina de él, que le regalara una barra de chocolate o una paleta. Extrañaba que él la halagara por la inteligencia que ella poseía.
Extrañaba las bromas que planeaba con Emmett, las risas que compartió con él, las tardes de videojuegos (aunque ella solía perder contra él), sus quejas cuando caía en alguna que otra broma y la manera en que se le quedaba viendo cuando ella le hacía alguna burla.
Extrañaba a Rosalie y que la peinara, extrañaba jugar con su precioso y rubio cabello, extrañaba que ella la consintiera y la defendiera de Emmett, extrañaba las pláticas que mantenían juntas y escucharla quejarse de Bella. Al menos ella se mantenía en contacto con ella una vez a la semana.
Extrañaba la manera en que Daniel se dirigía hacia ella, estrellita, extrañaba las pláticas sobre astronomía que mantenían por las noches cuando se quedaba a dormir con ellos, la manera en que los dos se burlaban de Emmett.
Extrañaba a Alice, aquella duendecita que la ponía como loca, extrañaba verla parlotear alrededor de ella, que la maquillara y escogiera su vestuario, extrañaba oírla gritar ¡Nix! cada que la veía.
Al idiota de Edward no lo extraña, él es la razón por que se fueron de Forks, lo único que si extrañaba era molestarlo y hacerle bromas.
Adhara lo entendía, ella de verdad entendía el por qué todos se habían ido.
Más que ser un clan, son una familia y lo han sido durante décadas, siempre juntos en las buenas y en las malas; sin embargo, ella los extrañaba.
Le agradaba los nuevos amigos que hizo, aunque le era un poco incómodo estar en un espacio en donde Sam no se despega de Emily y hablando de ellos, hace unos días le confesó a Leah que los había conocido sin querer.
Esperaba que se molestara, pero no que le colgara. A los pocos minutos Leah le volvió a marcar y se disculpó diciendo que últimamente se ha sentido muy irritada y que cualquier cosita pequeña le hacía explotar de la ira. Adhara le restó importancia, pero su corazón latía como loco. Esos síntomas le eran más que conocidos.
